Ya casi hace un año desde que empecé a comentaros nuestros viaje más especial, el que mi cabra pequeña bautizó como "intercochil". Así que por si a alguien le interesa, voy a hacer un pequeño resumen con todos los enlaces a las entradas que he ido haciendo a lo largo de todo este tiempo. Espero que así quede más claro.
Normalmente nos gusta planificar bien los viajes antes de empezar. Es una manera de empezar a viajar antes ya de salir de casa. Este viaje es el más largo que hemos hecho, y también procuramos llevarlo todo muy bien planificado. Primero porque nos encanta hacerlo, y segundo porque el presupuesto era pequeño para un viaje tan largo, así que no podíamos permitirnos sorpresas por el camino.
Llevamos todos los hoteles reservados, y la media fueron unos 100/noche los 5. Con ese presupuesto era muy complicado encontrar hoteles bien situados en el centro de las ciudades, pero eso era algo que no nos importaba, porque íbamos en coche, así que buscábamos hoteles en las afueras y luego íbamos a la ciudad en coche o en transporte público.
En cuanto a la comida, pues como comprenderéis es imposible ir 5 personas de viaje durante 21 días y pretender comer y cenar de restaurante todos los días. Así que nuestro día a día eran desayunos en la habitación del hotel (por 100/5 personas no te dan el desayuno en casi ningún sitio), y comidas y cenas de picnic. La verdad es que tuvimos muchísima suerte con el tiempo, porque solo nos cayeron unas gotas el día que fuimos a Disneyland. El resto del tiempo incluso pasamos calor.
Francia es el paraíso de los campistas y los viajeros los-cost. Hay montones de lugares maravillosos para hacer un picnic, con mesas perfectamente cuidadas y colocadas bajo los árboles.
Antes de emprender el viaje hicimos una compra grande para llevar provisiones para los primeros días (conservas, refrescos, agua, zumos, pan, galletas). Llevamos una bolsa grande de comida y una nevera pequeña de ésas que se enchufan al coche. Y luego procurábamos ir atentos a los supermercados y parar para aprovisionarnos. Claro que también aprovechamos para comprar cosas típicas, sobre todo en Francia probamos montones de quesos franceses que compramos en los supermercados.
En todo el viaje comimos dos veces de restaurante. Fueron nuestros "lujos", y tampoco es que fueran restaurantes lujosos ni mucho menos. También aprovechamos los mercadillos para comprar fruta o unas ricas salchichas en Alemania que nos supieron a gloria.
Es una manera de viajar que no a todo el mundo le gusta, pero nosotros somos todo-terreno y preferimos viajar así que no viajar, así que disfrutamos de esos picnic sobre la hierba en parque maravillosos igual o más que en un restaurante de lujo.
Y con los hoteles, algo parecido: buscamos hoteles limpios para pasar la noche. Seguro que también debe ser una gozada alojarse en un hotel magnífico con todos los lujos, peeeeero... nuestra prioridad es patear, conocer los sitios. Así que procuramos ahorrar en hoteles y gastarlo en otras cosas.
- Planificación y primera jornada:
Comencé con el tema del Intercochil mostrandoos el itinerario y el mapa que pusimos en casa para que los niños fueran más conscientes de la ruta que íbamos a hacer: aquí.
La primera parada que hicimos fue en San Sebastián. Allí no hicimos noche, pero sí dimos un buen paseo por la ciudad para que las cabras la conocieran (que por cierto, les encantó), nos dimos un baño en la Concha (hacía un calorrrrr!!!) y después nos fuimos a tomar unos pintxos a la zona vieja.
- Francia. Valle del Loira, Normandía y París:
Desde San Sebastián, nos fuimos de un tirón a dormir en un hotelucho cerca de Burdeos. Y a la mañana siguiente pusimos rumbo al Castillo de Brézé. El Castillo de Brézé está situado en el Valle del Loira, una región francesa en la que hay un montón de castillos. Después de visitar el Castillo de Brézé, nos dirigimos al Castillo de Villandry (aquí, aquí y aquí).
Esa noche dormimos en la ciudad de Tours, una bonita ciudad bien situada para recorrer el Valle del Loira.
Para visitar la región de Normandía, escogimos Bayeux para quedarnos a dormir. Y creo que acertamos, porque es una ciudad preciosa! Y además cerca de todos los lugares que queríamos visitar en la zona: la Playa de Omaha, el Cementerio americano de Normandía, Pointe de Hoc, Arromanches y Longues sur Mer. Todos ellos lugares bellísimos, pero tristemente relacionados con la Segunda Guerra Mundial, que sin duda vale la pena conocer. Yo me quedé enamorada de Normandía.
Después de Normandía, pusimos rumbo a París. Como os imaginareis, necesité varios posts para hablar de esta maravillosa ciudad: éste sobre los Campos Elíseos, éste sobre el Jardín de las tullerías y Notre Dame, éste sobre el museo del Louvre, éste sobre los hermosísimos Jardines de Luxemburgo, éste sobre la Rue Mouffetard, el Jardín des Plantes y el atardecer en la Torre Eiffel y por último éste sobre la subida a pie de la Torre Eiffel. Y, por supuesto, no podíamos dejar París sin visitar Disneyland!
- Países Bajos:
De Bélgica a los Países Bajos. Primero Kinderdijk, para ver sus maravillosos molinos, después la bonita ciudad de La Haya. Desde allí visitamos Madurodam (un lugar con ciudadísimas recreaciones en miniatura de los lugares más emblemáticos de los Países Bajos) y Scheveningen, para darnos un baño en el Mar del Norte.
Antes de dejar los Países Bajos, hicimos una parada en Alkmaar, un pueblo precioso muy cerquita de Ámsterdam y que es famoso por su mercado de quesos.
- Orillas del Rin (Alemania y Francia):
Después de los Países Bajos, le tocaba el turno a Alemania. Allí visitamos el bonito pueblo de Rudessheim y el maravilloso pueblo de Gengenbach, para el que necesité dos posts: éste y éste.
Desde allí cruzamos la frontera y volvimos a Francia para visitar la espectacular ciudad de Estrasburgo (aquí, aquí y aquí). Y de nuevo a Alemania otra vez, para visitar Friburgo de Brisgovia.
- Suiza:
Dejamos atrás Alemania y nos dirigimos a Suiza. En Suiza escogimos como centro de operaciones un maravilloso albergue situado en Langnau in Emmental. Y desde allí visitamos algunos pueblos, como el hermoso pueblo de Faulensee, situado al pie de un lago, o Grindelwald, situado en las montañas. Y también ciudades: Berna (aquí y aquí) y la maravillosa Lucerna (aquí y aquí).
Y desde allí emprendimos el camino a casa, aunque hubiéramos seguido otros 20 días más. Por supuesto no lo hicimos de un tirón. Hicimos una pequeña parada para ver el lago de Ginebra, paramos también en Montpellier y en Vitoria para dormir.