Si la visita a la playa de Omaha estremece, entrar en este cementerio es directamente un shock. Ver ese mar de cruces, del que no alcanzas a ver el final, y pensar que bajo cada una de ellas hay una persona muerta, en su mayoría muy jóvenes, te hace darte cuenta de verdad de lo terrible de esa guerra. Y eso que aquí solo están enterrados los soldados americanos. Y no todos, ya que muchos cuerpos fueron repatriados.
Es una sensación extraña, porque el lugar es precioso. Las cruces son todas iguales y están perfectamente colocadas y alineadas sobre un manto de césped perfecto. Se respira serenidad, y aunque suele haber bastantes visitantes, hay un silencio increíble.
Pero a pesar de toda esa belleza y esa calma, yo no pude aguantarme las lágrimas. Impresiona demasiado.
El cementerio americano de Normandía está situado junto a la playa de Omaha. Es un terreno de unas 70 hectáreas situado en Coleville-sur-Mer que el gobierno francés cedió a Estados Unidos de manera indefinida para que situara allí un cementerio para enterrar a sus soldados muertos, la mayoría durante el desembarco de Normandía.
En total hay 9.387 tumbas. Algunas de ellas tienen una estrella de David, en lugar de una cruz, y son las que corresponden a soldados judíos.
Todas las tumbas, todas las cruces son exactamente iguales, daba igual el rango que tuvieran los militares. Pero sí hay algunas tumbas más conocidas que otras. Por ejemplo, aquí están enterrados los dos hijos de Roosvelt (el entonces presidente de Estados Unidos): Theodore Roosvelt Jr. y Quentin Roosvelt, este último murió durante la Primera Guerra Mundial, pero su cuerpo fue exhumado y trasladado aquí para que descansara junto al de su hermano. Creo que ahora seríamos incapaces de imaginar algo parecido, ¿no?
También hay muchas tumbas donde están enterrados soldados que no han sido identificados y emciona ver que ellos también tienen quien les lleve una rosa.
Al otro lado de la zona donde están las lápidas hay un monumento conmemorativo en el que están inscritos los nombres de 1557 soldados estadounidenses que perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial y cuyos cuerpos no pudieron ser encontrados o reconocidos.
En el centro hay una estatua en honor del espíritu de los jóvenes estadounidenses.
En la base de esa estatua la gente suele colocar ramos de flores y coronas, como la de abajo, adornada con banderas alemanas y que da las gracias a los estadounidenses.
En las paredes hay inscripciones con gráficos explicativos del desembarco.