Después de nuestro paso por La Haya, ¡llegamos a Ámsterdam! ¡Cómo me gusta a mi esta ciudad!
Esta era la tercera vez que visitábamos esta ciudad (la primera cuando éramos jóvenes, sin niños). Las dos veces anteriores nos habíamos alojado en un albergue que está genial situado, justo en el Vondelpark. Esta es su web, por si os interesa.
Esta vez no tuvimos tanta suerte. No había habitaciones libres para los días que íbamos a estar allí, así que tuvimos que buscar otro alojamiento.
Y bueno, encontramos otro que también está muy bien, el Meininger. Esta es su web. No está situado en el centro de Ámsterdam, pero está justo al lado de una estación de tren desde donde salen trenes con muchísima frecuencia a la estación central de Ámsterdam, que está muy cerca. Si no recuerdo mal, tardábamos unos 10 minutos en llegar.
La foto de abajo está hecha justo delante del albergue, donde había un ajedrez gigante.
En general, cuando digo que nos alojamos con los niños en un albergue, la gente se echa las manos a la cabeza. Me imagino que tienen la idea de que un albergue es una especie de barracón con decenas de literas en grandes habitaciones y baños compartidos. Y claro, no les parece la mejor opción para viajar en familia.
Pero no es así. Los albergues suelen tener también lo que llaman "habitaciones familiares" de 4 ó 6 camas, con baño privado. Y esa es la opción que escogemos siempre. Claro que hay mucha gente joven
En la foto de arriba se ve la estación central, que es donde nos dejaba el tren que cogíamos al lado del albergue.
En muchas ciudades de Europa se utilizan mucho las bicis, pero lo de Ámsterdam es otro nivel. Allí sin duda la reina es la bici.
A lado de la estación central hay un parking gigante de bicis: tres pisos con no sé cuántas filas de bicis todas pegadas unas a otras. Espectacular!
Una de las primeras cosas que hicimos fue ir a visitar el mercado de las flores. Está abierto todas las mañanas de lunes a sábado.
Justo en frente del mercado hay una tienda de quesos que tiene esta carretilla con quesos de mentira, perfecta para hacerse una foto típica jajaja
En el mercado hay montones de flores que no nos podemos traer de recuerdo, pero también hay bulbos, y de esos sí que podemos comprar unos cuantos paquetes ;-)
El resto del día nos dedicamos a callejear con calma. Amsterdam es una ciudad preciosa y con mucha vida. De hecho esta última vez que fuimos me pareció que tenía "demasiada" vida. Había montones de gente siempre por todas partes.
Así que procuramos alejarnos de la zona más céntrica y adentrarnos en barrios más tranquilitos. Es curiosísimo ver las casas flotantes, las hay en montones de de canales, y es una gozada ver lo bonitas que las tienen, con sus plantas en las cubiertas, que usan a modo de terrazas.
Como sabéis, la mayoría del terreno que ocupa la ciudad fue ganado al mar. Los edificios se asientan sobre una especie de plataformas y por ello muchos de ellos están desnivelados.
Uno que me llamó especialmente la atención fue el de la foto de abajo. La torre de Pisa está muy inclinada, pero esta fachada no se queda atrás, eh? jajajaja
Ver el atardecer junto a un canal tranquilo es un espectáculo que no nos debemos perder cuando visitemos Ámsterdam ♥