La primera noche de nuestro roadtrip fue en un hotelucho cerca de Burdeos del que prefiero no acordarme. Yo creo que, cuando la cabra pequeña vio la habitación del hotel, estuvo a punto de pedir un taxi para que lo llevara de vuelta a casa jajajaja... Pero bueno, estábamos tan cansados, que después de cenar algo en la propia habitación, caimos rendidos.
A la mañana siguiente, salimos rumbo a nuestro siguiente destino: el valle del Loira. Pero primero teníamos que desayunar, así que paramos en un área de descanso de la autopista. Madre del amor hermoso... ¡¡Qué áreas de descanso se gastan en Francia!!
Era un bosque entero, con montones de mesas de picnic. To limpísimo y cuidadísimo. Con zona para apacar los coches y zona para aparcar las autocaravanas. Desde el área de servicio no se ve la autopista, así que desayunamos ahí de picnic como si hubiéramos hecho una excursión por el monte.
No podían faltar unas pataditas al balón, que hay que desfogar un poco jajajaja
Después de reponer fuerzas en el área de descanso, pusimos rumbo al Castillo de Brézé, uno de los muchos castillos del Valle de Loira.
Concretamente en el Valle del Lora hay la friolera de 21 castillos. Me imagino que cada cual más enorme que el anterior. Así que para verlos todos hace falta mucho tiempo, un viaje dedicado exclusivamente a ello. Pero no era nuestro caso, así que escogimos un par de ellos que no nos quedaran muy a desmano.
Desde Burdeos hasta el Castillo de Brézé hay algo más de 3 horas en coche.
En la mayoría de los castillos hay dos modalidades de ticket de entrada: uno para los jardines y otros para el interior del castillo (en alguons la entrada a los jardines en gratuita). Nosotros solo entramos en los jardines de los dos castillos que visitamos. Por economía y también por tiempo, porque para ver un castillo de éstos con un poco de calma... ¡Hace falta muchísimo tiempo!
El Castillo de Brézé data del año 1550, aunque en el siglo XIX le hicieron una restauración importante. Si no recuerdo mal, la entrada a los jardines es gratuita, pero, aunque no son unos jardines exquisitamente arreglados, a mi me encantaron. Y además... ¡Tiene mesas para hacer picnic!
Así que aprovechamos para comer aquí, ¡ni más ni menos que en los jardines de un castillo del siglo XVI!
Los jardines son preciosos, y así como muy "silvestres". No os podéis imaginar la cantidad de fotos de flores que me traje de Brézé jajajaja
Este castillo tiene los fosos secos más profundos de Europa. Además, tiene, por lo visto, unos enormes pasadizos subterráneos.
En los alrededores del castillo hay un pequeño pueblo de casitas encantadoras y perfectamente conservadas, la mayoría de las cuales alberga cafeterías, restaurantes, etc. Nosotros aprovechamos para comprar pan para nuestros picnics en esta encantadora panadería :-)