Sin duda San Vicente es uno de mis lugares favoritos de las Rías Baixas. Aunque me imagino que eso ya lo habréis deducido después de haber leído un poco el blog jajajaja
Un día perfecto de primavera teníamos que llevar al peque de la casa a actividades al Grove, así que decidimos aprovechar un poco la tarde para dar un paseo, y el mediano y el mayor también se apuntaron. Así que, ya puestos, nos llevamos también a los peludos, que disfrutan como enanos de las playas vacías.
Decidimos visitar una zona que no conocíamos: la laguna de Bodeira.
La laguna de Bodeira está separada del mar por una gran duna, y está delimitada por montones de juncos que sirven de abrigo a un buen número de especies de aves.
Al lado de la laguna está la playa da Mexilloeira, que fue donde soltamos a los perros un buen rato.
Jagger, el pastor alemán, es un loco de los palos. ¡Es feliz con uno! Y va a buscarlo a donde haga falta.
Luego lo difícil es sacárselo, porque le gusta sentarse a morderlo y a rillarlo, como decimos aquí.
Como veis, no le importa el tamaño de los palos, el caso es tener uno en la boca jajajaja...
Para coger el de la foto de abajo, se tuvo que meter bastante en el agua, y allá se fue sin dudarlo, y eso que el agua no le hace mucha gracia, pero.... ¡todo por un buen palo!
También nos llevamos a Kiwi, pero a él es más difícil hacerle fotos, porque no para de correr durante todo el tiempo que está suelto. ¡No sé de dónde saca tantísima energía!
Como veis en la foto de abajo, Jagger se hizo con otro palo gigante, y, en cuanto lo pilló, echó a correr para que no se lo quitáramos y por donde pasó, arrasó... Pilló a E. desprevenido y le arreó un palazo en el estómago!
Y mientras tanto... para poder hacerle una foto a Kiwi, tuvimos que sobornarlo con unas salchichas, porque es la única manera de hacerle una foto decente. Y la verdad es que vale la pena, que es muy fotogénico el tío. Me encanta hacerles fotos a nuestros peludos de vez en cuando, creo que de alguna manera forman parte de nuestra familia, y me encanta tener recuerdos de ellos.
Para rematar las dunas estaban preciosas, con un montón de plantas de las que no sé el nombre, pero que me encantan. Son como una especie de suculentas, ¿no os parece? Así que cogí el macro y aproveché cuando el sol estaba un poco más bajo para hacerles fotos.
Lo bueno de las plantas es que se portan bien como modelos jajaja... Están todas quietecitas y no hay que andar corriendo detrás de ellas ;-)
A la gente le extraña que lleve la cámara casi siempre encima. Pero cómo no la voy a llevar, si cualquier día surge un paseo en un sitio bonito y te permite hacer unas fotos como las de este día?