Y volvemos al mágico Mont San Michel... ¡Ay! Solo estuve allí unas horas, pero creo que sería capaz de vivir allí, porque si Normandía me encantó, esta pequeña roca me enamoró.
Como os comentaba en el post anterior, subimos hasta la abadía, pero decidimos no entrar porque la cola era enorme. Pero bueno, creo que la fotografié por todas partes jajaja
Hasta asomando por los ventanucos del muro para poder ver un trocito del jardín...
La estatua dorada que se ve coronando el tejado más alta es el arcángel Miguel, en cuyo nombre se mandó construir la abadía.
Desde arriba las vistas a los tejados y al estuario son espectaculares.
En la foto de abajo se puede ver a la gente paseando por la arena, aprovechando la bajamar.
Parte de la abadía estaba en obras, así que intenté buscar encuadres para que se vieran lo menos posible los andamios, pero aun asi me fue imposible que no se viera nada.
En algunas zonas hay una especie de miradores donde hay colocados prismáticos que permiten ver la costa, y aquí estás las cabras mediana y pequeña a la faena jejeje
Cada casa y cada tejado tiene un encanto especial. No sé cuál escogería para vivir jajajaja
Aunque las ventanas de esta casa son preciosas, así que creo que la casa gana puntos como posible residencia jejeje... Y parece que el pajarito está de acuerdo conmigo ;-)
La última foto está hecha ya desde la costa, de camino al parking. Y es que Mont Saint Michel es bonito visto desde dentro o desde fuera, de cerca y de lejos...
¿O no?