Tenemos la inmensa suerte de vivir muy cerca del mar. Bueno, al menos a mi me parece que es una suerte, porque me encanta. Y me encanta casi más en invierno que en verano, pero bueno, tengo que reconocer que también es una maravilla tenerlo cerca en las épocas de calor, y poder acercarnos dando un paseo a darnos un chapuzón y refrescarnos con la brisa en la orilla.
En unos pocos kilómetros a la redonda tenemos playas alucinantes. Me sería muy difícil decir cuál es la que más me gusta. Pero sí tengo claro cuál es "nuestra playa", ésa a la que vamos casi cada día desde que los niños nacieron, porque es tiene un tamaño perfecto: ni muy grande ni muy pequeña, resguardada -así que no hay muchas olas-, tiene rocas entre las que quedan montones de charcos cuando baja la marea y podemos ir a ver cangrejos, pececillos y demás fauna marina (ojo, siempre cogiéndola con cuidado y devolviéndola intacta al mar). Además, también da el sol hasta última hora y tiene chiringuitos por si nos apetece tomar un heladito.
Pero claro, estamos mal acostumbrados a tener las playas vacías durante todo el año, así que Julio y Agosto a mi se me hacen un poco cuesta arriba. A ver, que está muy bien que vengan los turistas, buena falta nos hace en el pueblo. Pero como todo tiene su parte menos buena, pues es ésa: las playas llenas.
Aquí ya estamos acostumbrados a que el sol y el calor son un bien escaso y no se puede contar mucho con ellos jejejeje... Así que cuando, de puro milagro, nos cae una semana santa soleada y calurosa, la disfrutamos de lo lindo. Porque ahí sí tenemos las playas vacías. O casi. Además en primavera las rocas se llenan de flores preciosas y es todo un espectáculo!
Estas fotos son de hace unos cuantos años ya, pero ilustran bien esa sensación de tener la playa solo para nosotros, así que es aún más "nuestra" :-)
Quedarse en la playa hasta que se pone el sol es uno de los grandes placeres de las vacaciones: la temperatura es perfecta y quedarse hasta última hora es sinónimo de que no se tiene prisa, no hay que madrugar al día siguiente, nada... La esencia misma de las vacaciones ¿o no?
Y claro, con la playa medio vacía y encima con la marea baja, ¿qué mejor plan que una pachanguita de fútbol?
Y para rematar un día perfecto... Una puesta de sol espectacular!
Bueno, me imagino que muchos sabéis de qué playa hablo, no? ;-)
¿Es o no es perfecta?