Roadtrip por Europa. Langnau im Emmental

Después de conocer Friburgo, nos dirigimos al siguiente país de nuestro itinerario: Suiza.

Como os imaginaréis, Suiza no es un país precisamente barato, así que nos asustaba un poco el precio del alojamiento, porque sí o sí, teníamos que quedarnos a dormir allí, ya que queríamos ir a varios lugares allí: Faulensee, Berna y Lucerna.

También queríamos un alojamiento que nos quedara más o menos cerca de todos los sitios que queríamos visitar en Suiza. Y gracias e Booking encontramos esta maravilla de albergue que veis en estas fotos.  Esta es su página web, por si queréis echar un vistazo.

Desde el albergue, Berna nos quedaba a poco más de media hora, Berna a una hora y Faulensee a 45 minutos.

La casa es una antigua granja de 1700 y pico, que fue convertida en albergue. Está cuidadísima, tanto las edificaciones como el jardín. Las habitaciones tienen literas de madera, son sencillas pero cómodas y limpísimas. Los baños son comunes, pero son tipo gimnasio: varias duchas y varios aseos individuales, así que no hay problema de colas ni de falta de intimidad jajaja

Tiene una cocina para que cada uno se prepare su propia comida, y además una gran sala con mesas, sillas, sofás y una mesa de billar.

Lo lleva una encantadora pareja que está siempre dispuesta a echarte una mano.

El pueblo en el que se encuentra el albergue se llama Langnau im Emmental. Es un pequeño y tranquilo pueblo rodeado de campo y montañas. Muy cerca había un centro comercial no demasiado grande, pero con un supermercado grande donde pudimos hacer la compra para llevar de picnic a nuestras salidas y preparar la cena por la noche en el albergue.

El pueblo tiene algunas tiendas muy chulas, de decoración, ropa, etc. Y en una de ellas encontramos unos juguetes geniales que nunca habíamos visto aquí y que fueron un gran hallazgo. A ver si en otro post os hablo de ellos.

Roadtrip por Europa. Friburgo de Brisgovia

Friburgo de Brisgovia es una preciosa ciudad alemana situada en la Selva Negra. Hay otra ciudad llamada Friburgo situada en Suiza.

La Friburgo alemana es una ciudad que vale la pena visitar. Tiene un casco antiguo precioso y muy bien conservado.

El centro neurálgico es la plaza donde está la catedral. El día que fuimos nosotros había mercadillo, así que estaba muy animada.

En esta plaza, además de su catedral, destaca esa preciosa casa de la foto que encabeza el post, que es la casa del comercio.

Su catedral es de estilo gótico y la torre del campanario es imponente.

La verdad es que visitamos Friburgo sin plano, nos dedicamos a recorrer las calles del casco antiguo con calma y disfrutando de cada rincón.

Unas de las cosas que caracteriza a Friburgo son los pequeños canales que recorren sus calles. El agua que discurre por ellos proviene de un río cercano. Antiguamente se utilizaban para abastecer de agua a la ciudad. Pero hoy en día su función es básicamente refrescar el ambiente en verano y ser un lugar para que los niños jueguen.

Y lo hacen , ¡vaya si lo hacen! Mi mediano y mi pequeño se lo pasaron pirata a cuenta de los canales jajaja

Hasta se dieron un paseo refrescante jajaja

Otro lugar que destaca en la ciudad es la Puerta de Martín (en la foto de abajo). Se trata de la torre más antigua de las dos que se conservan de la antigua muralla del siglo XII.

Como veis, muchas de sus fachadas son alucinantes...

Friburgo es una preciosa ciudad que sin duda vale la pena conocer. Su casco antiguo no es muy grande, así que podemos recorrerlo en unas pocas horas.

Roadtrip por Europa. Estrasburgo, la ciudad de las flores

Tanto en Francia como en Alemania hemos visitado pueblos preciosos, adornados con flores de manera increíble.

Pero Estrasburgo va más allá. Porque no es un pueblo, es una ciudad de tamaño bastante considerable, y por donde uno mire hay flores: en jardines, plazas, calles, ventanas. Maceteros en los puentes, maceteros en las farolas y maceteros en las fachadas, porque sí, colocan hermosos maceteros colgantes en las fachadas para adornar las calles, como estos que se ven en la foto de abajo.

Las ventanas de las casas particulares no se quedan atrás y casi todas lucen unas jardines espectaculares.

En el hotel encontramos un plano con una ruta a pie para conocer lo más bonito de Estrasburgo. Como no teníamos nada planificado, nos pareció una buena idea. Y después de hacerla, creo que sí lo fue.

Quedamos maravillados con esta ciudad. Tanto que después de recorrer sus calles, ya dudo de mi intención inicial de pasar mi jubilación en Normandía, una región que me enamoró cuando la conocí en este viaje.

En fin, no es que sea demasiado joven, pero tal como se están poniendo las cosas, creo que lo de la jubilación me queda cada vez más lejos, así que aún tengo tiempo para pensarlo jajaja...

Estrasburgo es una ciudad tranquila, donde sus casas antiguas están perfectamente cuidadas y restauradas. Las fotos de abajo pertenecen a una zona llamada La Petite France. Sin duda, uno de los lugares más hermosos de la ciudad.

Toda la zona está llena de casas de madera y ladrillo que datan de los siglos XVI y XVII. Hoy en día muchas de ellas están convertidas en restaurantes y cafeterías donde degustar las especialidades de la zona.

Y sus puentes, ¡llenos de flores!

Siguiendo el mapa, nos dirigimos a la zona donde están los puentes cubiertos y la presa Vauban. Ambas construcciones datan de la época medieval.

Vale la pena subir a la terraza de la presa Vauban, desde allí hay unas vistas espectaculares de la ciudad, coronada por la majestuosa torre de la catedral.

Como siempre ocurre en estas ciudad y puentes de cuento, me llaman la atención los carteles de los comercios y de los locales de hostelería, que entonan lo más perfectamente posible con la ciudad.

Es una ciudad que no podéis dejar de visitar si tenéis oportunidad, de verdad.

Roadtrip por Europa. Gengenbach, un pueblo de cuento en Alemania

Si Rudesheim ya nos había parecido un pueblo precioso, cuando entramos en Gengenbach los ojos casi se me salen de las órbitas intentando abarcarlo todo. Alucinante, de verdad.

Y cuando digo entrar, es literal. El pueblo está rodeado por una muralla y tiene dos puertas, cada una debajo de una torre.

Ya no recuerdo qué día de la semana era, pero había un mercadillo pequeño, con puestos de artesanía (compré varias cosillas para traer de recuerdo), de frutas y lo mejor: uno de salchichas que tenían una pinta espectacular.

Ya era mediodía y estaban empezando a recoger os puestos, así que antes de nada aprovechamos antes de que se marchara el carrito de las salchichas para comer sentados en un banco de la plaza. Y de postre, frutas rojas, que estaban buenísimas.

En esta misma plaza está el ayuntamiento, que tiene una curiosidad, y es que es el calendario de adviento más grande del mundo.

La fachada tiene 24 ventanas, que se van abriendo una cada día desde el día 1 de Diciembre hasta le día de Navidad. Si en verano Gengenbach es un pueblo maravilloso, ¡¡no me quiero imaginar lo que debe ser visitarlo en Navidad!!

Y por si las fachadas maravillosas, las calles empedradas y las flores en cantidad increíbles no fueran suficientes, nos encontramos con maravillas como el banco de la foto de abajo. Supongo que sería una exposición o un concurso de ganchillo, no lo sabemos, pero el caso es que nos encontramos varias cosas decoradas así de bonitas.

Además de la plaza, el ayuntamiento y las torres que sirven de puerta a este maravilloso pueblo, no os podéis perder todos y cada uno de sus rincones.

Callejear sin prisa, disfrutando de esas casas alucinantes, tan increíblemente bien conservadas, muchas de las cuales lucen con orgullo el año de su construcción. Y no es para menos.

De verdad, pasear por su calles empedradas es como estar en un cuento de hadas. Mis hijos decían, y con toda la razón del mundo: "es como estar en Disneyland, pero esto es de verdad". Pues así, tal cual es.

Parece mentira, pero no me cabe en un solo post todo el encanto y la belleza de este pueblo, así que el lunes más. Si aquí os muestro sus calles principales y la plaza del ayuntamiento, el siguiente día os enseñaré unas cuantas fotos de algunas calles más secundarias, pero como veréis, igualmente bonitas.

Roadtrip por Europa. Scheveningen

Muy cerquita de Madurodam está Scheveningen, un pueblo costero y turístico al 100%

Pero hasta allí nos acercamos. No por el pueblo en sí, sino para ver de cerca el Mar del Norte.

Por lo visto Scheveningen era una ciudad balneario para gente adinerada en los años 20 del siglo pasado. Y de aquella época se conserva el hotel Kurhaus, que fue inaugurado en 1886.

La verdad, la verdad es que Scheveningen no tiene mucho que ofrecer. Sí tiene un paseo marítimo muy largo con restaurantes, tiendas, chiringuitos, etc. Pero eso no es lo que nos atrae a nosotros para visitar un lugar.

Fuimos hasta allí solo para ver y "catar" el Mar del Norte. Yo catar lo caté poco, apenas mojé los pies. Pero mis chicos, que son unos valientes, se dieron un buen baño.

Y un balón que no falte nunca. La playa es enorme y no está muy concurrida, así que era el sitio perfecto para "echar una pachanguita" jajaja

Aparte del color del agua, llama mucho la atención ver pasar esos barcos gigantescos por el horizonte. Pero no uno ni dos, eh, en el rato que estuvimos allí hasta se formó una pequeña cola de barcos, imagino que esperando para poder entrar en puerto.

El por lo visto no estaba muy caliente, pero vamos, que después de habernos bañado en las Islas Cíes, tampoco era nada exagerado jajajaja