Sesión de fotos de embarazo en la playa

¿Os acordáis de la sesión de fotos de embarazo que hice en el Pazo de Lourizán?

Bueno, tal como os comenté en aquel post, esta futura mamá tan guapa (bueno, ahora ya es mamá jajaja) es muy aficionada a las fotos, así que nos liamos la manta a la cabeza e hicimos ¡¡3 sesiones!!

Aquí os dejo la segunda, hecha en la playa de Montalvo.

La hora, al atardecer. No me digáis que no es una hora mágica para este tipo de fotos!

Se trajo un delfín de peluche que era el primer regalo que le habían hecho al bebé, y me preguntó si sería buena idea que lo llevara. Claro, un delfín en una playa... genial!

Normalmente los clientes me preguntan acerca de la ropa que deben llevar para las fotos. Para este tipo de fotos, que son recuerdos familiares, a mi me gusta que estén cómodos, tal como suelan vestirse, pero aún así doy algunas indicaciones sobre como veo yo la sesión.

En este caso, para la playa le pregunté si tenía cosas de colores rojos, blancos y azules. Las rayas y los jerseys gorditos creo que quedan muy bien en invierno en la playa.

A veces yo misma llevo algún complemento que creo que puede quedar bien, por si hiciera falta.

En este caso, creo que esta futura mamá escogió de maravilla todo el vestuario. No se trata de comprar ropa nueva para la sesión ni mucho menos, sino de escoger entre la ropa que tenemos, un par de cosillas que sean más adecuadas.

De verdad... Con esa cariña guapa, es imposible hacer fotos malas!!

También tenía claro que quería una foto con el nombre del futuro bebé escrito en la barriga, así que le pedí que buscara un top cortito que dejara ver la panza. Y ya veos qué conjunto tan chulo se buscó, con falda a juego y todo!

Fijaos si es bien mandadiña esta chica, que cuando vi este vestido blanco que traía, pensé... Esto es genial para un paseo descalza por la orilla. Y oye, dicho y hecho. Ni frío ni nada de nada...

Hasta más arriba de los tobillos! Una valiente! Y la verdad es que me encanta como quedaron las fotos, con ese atardecer espectacular.

Y para terminar el post, este contraluz que dibuja su bonita silueta premamá sobre ese cielo maravilloso.

Roadtrip por Europa. Brujas

Después de pasar el día completo en Disneyland París, pasamos la noche en el aparthotel en el que estábamos alojados cerca de Disneyland, y al día siguiente pusimos rumbo a Bélgica.

Nuestra primera parada fue en Brujas, a unas 3 horas en coche de París.

Brujas es una maravillosa ciudad medieval declarada patrimonio mundial por la UNESCO en el año 2000. 

Nuestra plan era pasar solo un día en Brujas. A última hora cogimos el coche de nuevo y fuimos a dormir a Gante, que era donde teníamos reservado el hotel.

Brujas se ve bien en un día si nos dedicamos a pasearla Es decir, sin entrar en museos ni nada.

La plaza más importante y animada de la ciudad es la Plaza Markt (en la foto de arriba). Ese día estaban de fiestas, y tenían montado un gran escenario y un montón de tenderetes, así que era muy complicado hacer fotos.

Y si normalmente Brujas está bastante concurrida de turistas en estas épocas, con fiestas ya era una pasada la cantidad de gente que había!

En la misma plaza está el Belfort, un campanario de 83 metros de altura, que data del siglo XIII. En la antigüedad se utilizaba para vigilancia de la ciudad, sobre todo para advertir a los ciudadanos de los incendios.

En el edificio donde está situado el Belfort hay una exposición dedicada a Dalí. Y también un museo sobre el Belfort.

Actualmente se puede subir a lo alto del campanario subiendo a pie sus 366 estrechos escalones. Desde arriba hay una vista espectacular de la ciudad, pero la verdad es que nosotros no lo comprobamos porque la cole para subir era muy larga y además, a mi los espacio reducidos me producen bastante claustrofobia :-(

El Belfort se ha convertido sin duda en el símbolo de Brujas, junto con sus gofres! jajaja

Otra plaza que vale la pena visitar es Burg, donde se encuentra el ayuntamiento, que es uno de los edificios más bonitos de la ciudad. En la foto de abajo apenas se ve (es el edificio que aparece más a la derecha de la foto), porque de nuevo nos encontramos una plaza llena de gente donde se hacía muy difícil hacer una foto.

El ayuntamiento se puede visitar y la entrada no es cara, pero me temo que la cola también es larga.

A continuación nos dedicamos a patear la ciudad, porque cualquier recuncho de esta ciudad es maravilloso. Es como una ciudad de cuento.

Sus canales y sus puentes la hacen aún más especial y acogedora.

Y sus edificios y casa de ladrillo rojo tan bien conservados y cuidados...

Este hotel situado al pie de uno de los canales, con su terracita y su embarcadero me robó el corazón.

¡Y sus flores! Hay rincones llenos de flores.

No me importaría nada vivir en una de estas maravillosas casas junto al canal, no me digáis que no son como de cuento!

No sé para qué utilizarían estas rejas en la edad media, pero creo que yo le encontré una utilidad jajajaja...

Muchas de las casas y hoteles tienen su propio embarcadero.

Una cosa que hacen en muchas ciudades europeas y que me encanta es ver cómo se cuida la decoración de las fachadas. Por ejemplo, los locales comerciales, ya sean tiendas o locales de restauración, respetan al máximo las fachadas originales de las casas o edificios, sin colocar elementos que rompan la armonía del conjunto. 

Nada de letreros de colores o luces de neón, los carteles de los locales son discretos, hechos de hierro con colores discretos.

Después de haber recorrido la ciudad durante todo el día cogimos el coche y pusimos rumbo a nuestro siguiente destino: Gante. Os lo cuento la próxima semana!

Sesión de fotos abuelos y nietos. Mi familia :-)

Ya sabéis eso de "en casa de herrero, chuchillo de palo", no? Bueno, pues yo fotos de mi familia tengo miles. Pero una sesión así "como dios manda", no tenía ninguna. Ya, ya lo sé, para matarme.

El caso es que este verano decidí ponerle remedio a esta situación. Así que aproveché que estaban aquí de vacaciones mi hermana, mi cuñado y los peques para hacer una sesión de fotos de abuelos con todos los nietos, que ya iba siendo hora.

El lugar escogido, la playa de Montalvo, que es un sitio que me encanta porque da mucho juego: además de la playa tiene el pinar, las dunas, césped, columpios... de todo un poco!

¡Tengo que decir que se portaron todo genial! Tenía miedo de que me tomaran por el pito del sereno unos y otros jajajaja... porque claro, ya se sabe que donde hay confianza da asco. Pero no, todo fue como la seda. Y además creo que se lo pasaron muy bien, sobre todo los niños, claro.

En este post ya no puse las fotos porque sería demasiado largo, pero anduvieron corriendo y saltando por las dunas como buenas cabras que son jajajajaja. Así que esas fotos las dejo mejor para otro post más adelante.

La verdad, la verdad... Más que presumir de fotos, creo que tengo que presumir de familia, porque mira que son reguapos todos, eh. Esos abuelos guapérrimos y los nietos que tampoco se quedan atrás.

Como veis, en las sesiones procuro hacer un poco de todo: algunas fotos de grupo todos juntos y también otras con cada nieto.

La hora, al atardecer, que a mi es la que más me gusta para este tipo de fotos porque tiene una luz preciosa y cálida.

Las fotos que hoy os muestro en el post son un poco más "dirigidas", sino sería imposible poder sacarlos a todos. Pero dentro que hay que poner un poco de orden, me gusta que sean espontáneos, aunque tenga que disparar 50 fotos para aprovechar una.

En este caso había mucha confianza con la fotógrafa, así que estaban todos de lo más tranquilos. Pero cuando no hay tanta confianza, hay que crear un ambiente distendido y relajado, con risas para conseguir miradas y gestos naturales, que es lo que más me gusta en este tipo de fotos.

En la foto de abajo a mi madre apenas se le ve la cara, pero no es mucho más importante pillar ese momento tan tierno entre la abuela y su nieto mayor? Para mi, claramente sí!

O esta cariña que tiene mi sobrino en esta foto, así de darle un abrazo apretado a su abuela, qué más da que tenga los ojos cerrados. ¡Es un gesto tan cariñoso!

Y como fin de sesión, la familia al completo admirando la puesta de sol tan espectacular que tuvimos ese día.

Para mi es muy importante tener estos recuerdos de mis padres y sus nietos. Sé que a ellos les encanta, y a mi y a mi hermana desde luego que también. Pero también estoy segura de que mis hijos y mis sobrinos guardarán estas fotos como oro en paño. Quizás ahora no le den tanta importancia, pero dentro de unos años estoy segura de que las verán más de una vez :-)

Roadtrip por Europa. Disneyland París

No podíamos pasar por París y no hacer una paradita en Disneyland.

Ya habíamos estado hace años, pero la cabra pequeña ya casi no se acordaba, así que no nos quedó más remedio que ir, aunque la verdad es que nos desbarataba bastante el presupuesto.

La mayoría de las ofertas que hay son a partir de 3 días (un día gratis de parque, un niño gratis, etc). Pero nosotros teníamos claro que no queríamos estar más de un día. En Disneyland hay dos parques: el clásico Disneyland "de toda la vida" y el Disneyland Studios.

Para ir un solo día no vale la pena comprar las entradas para los dos parques, así que ya teníamos claro algo más: un solo día y un solo parque.

Las entradas más baratas que encontramos fueron en la FNAC por internet (esta es la web). Las recogimos en París, pero si no me equivoco también hay la opción de que las envíen a casa.

Acabo de encontrar el mail de confirmación de la compra y en total habíamos pagado 225€ por las 5 entradas (45€ cada entrada). Fue en el 2013, seguro que los precios han variado.

Después de las entradas, nos quedaba encontrar un hotel cerca del parque y que nos entrada en el presupuesto. Porque claro, queríamos aprovechar el parque tooodo el día, así que queríamos hacer noche en un sitio que nos quedara cerca para dormir la noche anterior y así poder llegar pronto al parque y también para poder llegar pronto después de haber pasado todo el día en el parque.

Cerca de los parques hay hoteles de muchos precios. Pero en la época en la que nosotros fuimos no estaban nada baratos, y menos para una noche.

Así que buscando otras alternativas, encontramos un apartahotel en un pueblo cercano que nos entraba en el presupuesto.

Esta es la web del apartahotel. Está situado en Val d'Europe (Marne La Vallée), que es un pueblo de nueva construcción que ha ido creciendo gracias a los visitantes que van al Disneyland.

Está a unos 35 Km de París y a unos 5 Km del parque. Sale un autobús que va directo al parque un montón de veces al día, haciendo viajes de ida y vuelta.

El apartahotel estaba muy cerquita de un gran centro comercial llamado Val d'Europe que tenía una zona de outlet de firmas caras. Tan caras que para nuestros bolsillo son prohibitivas hasta cuando tienen grandes descuentos jajaja...

Así que en la zona outlet no compramos nada, pero sí que fuimos al supermercado ¡teníamos que aprovechar que el apartamento tenía cocina para poder cenar caliente y prepararnos un buen desayuno al día siguiente!

El apartamento y las instalaciones estaban muy bien, hasta había una piscina cubierta en la que nos dimos un chapuzón jejeje. También hay cafetería y restaurante por si no tenéis ganas de cocinar.

Y del parque pues creo que es importante saber que existe un invento genial llamado Fast Pass, que es totalmente gratuito y que es muy sencillo de usar. No lo tienen todas las atracciones, pero sí muchas de las que tienen más colas.

Consiste en acercarse a la atracción a la que queremos ir y, si tiene servicio de fast pass, hay una máquina con una pantalla que indica a qué hora podemos entrar en esa atracción utilizando el fasta pass (y haciendo así menos cola). Si la hora nos conviene, pues cogemos todos los tickets fast pass que necesitemos.

Luego a la hora a la que tenemos la entrada con fasta pass (bueno, mejor un rato antes), volvemos a la atracción y nos colocamos en la entrada que pone fast pass. A veces aún hay que hacer un poquito de cola, pero nada parecido a la entrada normal.

En cuanto a las atracciones, pues depende mucho de las edades de los niños, claro. A mis cabras les encantó La Mina, que es una especie de montaña ruda ambientada como si fuera una antigua mina de oro. También montamos en la Space Mountain, que impresiona, pero creo que vale la pena ir.

Lo mejor es ir a la web oficial y ver un mapa con todas las atracciones que hay, y las edades para cada una.

Y, sobre todo, disfrutar y dejarse llevar por la magia. Porque de verdad es como si estuviéramos en otro mundo durante un rato. Todo está tan cuidado hasta el más mínimo detalle que es espectacular.

Otra cosa a tener en cuenta son el desfile de la tarde y el de la noche. Si queremos verlos hay que buscar sitio. A mi personalmente me gusta más el de la noche.

Y como colofón final, justo antes de cerrar el parque hay fuegos artificiales y espectáculo de luces en el castillo. Y la verdad es que vale la pena verlo.

Viernes de peli y canción. La lista de Schindler

La lista de Schindler es una película de 1993, dirigida por Steven Spielberg y basada en hechos reales.

La película cuenta la historia de Oskar Schindler, un empresario alemán que le salvó la vida a más de 1000 judíos durante el Holocausto. Pero extrañamente Schindler es miembro del partido Nazi. Pero toma conciencia de las barbaridades llevadas a cabo por ese partido, aún así sigue perteneciendo al mismo, y se sirve de sus contactos y sus habilidades sociales para poder ayudar a todas las personas que pudo.

El papel de Oskar Schindler lo interpreta Liam Neeson. Y para mi gusto hace un papelón.

Esta es una de las películas que estamos a punto de volver a ver en casa, por eso se me ocurrió hacer el post hoy sobre esta peli. El padre de las criaturas y yo ya la vimos en el cine cuando se entrenó y después en casa le hemos visto más veces, una de ellas con la cabra mayor hace ya unos cuantos años.

Creemos que es hora de que la vea la cabra mediana. Pero tenemos dudas con la cabra pequeña. Los que la hayáis visto, qué opináis? Es apta para 12 años? Claro que tampoco todos los niños de 12 años son iguales. Y esta cabra nuestra es muy impresionable y ya hemos tenido que parar de ver alguna película porque él lo estaba pasando fatal, así que hay que ir con cuidado. Bueno, y sus hermanos también lo son, eh. Igual que sus padres. Aquí nada de pelis de terror, que eso de pasarlo mal porque sí, no nos gusta nada. Y las demás, pues poco a poco, según van creciendo.

La lista de Schindler es sin duda una película imprescindible. Muy dura y muy buena. Creo que la niña del abrigo rojo no se me olvidará en la vida.

Nos da una visión del Holocausto que no se ve en otras películas.

Y para acompañar no se me ocurrió otra canción mejor que el tango de Carlos Gardel que aparece en una de las escenas de la película: Por una cabeza

Schindler and his charme, Gardel singing in the background. The idea is to finally show the scene with the original tango, not with orchestrations as generally happens with every movie that pretends to remember Gardel and Le Pera (Either way the intention in this flick is to simulate a live band, explaining the reason to use instrumental music).