Si es que no se puede venir a Francia no pasar por París jajaja... Ya habíamos estado en París otras veces, pero da igual. Esta ciudad es tan hermosa y tan grande y tiene siempre tanto que ofrecer, que decidimos hacer una parada, aunque la verdad es que se nos quedó corta...
... y es que ¡París es mucho París!
Como casi siempre en este viaje, nos alojamos en un hotel ibis budget. Concretamente en este. No estaba muy céntrico, pero tenía la gran ventaja de que estaba a un paso de una parada de metro que nos dejaba en el centro en un periquete. Y estaba genial de precio, claro.
Llegamos por la mañana, aparcamos el coche cerca del hotel, dejamos las cosas y salimos a patear París!!
Ese día teníamos que acercarnos a la FNAC de los campos Elíseos a buscar unas entradas para Disneyland París que habíamos comprado por internet porque nos salía mucho mejor de precio. Así que ya sabéis...
Si tenéis pensado ir a Disneyland París, visitad la web de la FNAC porque a veces hay ofertas interesantes
Como nosotros íbamos a ir a París antes de ir a Disneyland, escogimos la opción de recoger las entradas en la tienda de los Campos Elíseos. Pero si no me equivoco, también tenéis la opción de que os las envíen a casa.
Pasear por los Campos Elíseos es como estar en una revista de lujo. Todas las tiendas de marcas prohibitivas están ahí, pero bueno, también hay otras en las que se puede entrar. A mi me tocó entrar en la tienda que tiene Adidas, las cabras flipaban jajaja.
Yo tenía un capricho, menos mal que no era prohibitivo jeje... Hay una pastelería-cafetería en los Campos Elíseos que dicen que tiene los mejor macarons del mundo mundial. Se llama Ladurée y la verdad es que no soy ninguna experta en macarons, pero alguno sí he comido. Y tenía ganas de probar éstos que se supone que están tan buenos. Así que allá nos fuimos...
Vale la pena entrar solo para verla por dentro, es espectacular. Tiene una zona de tienda, donde venden los pasteles y otra de cafetería. Es superlegante, tal como podéis ver en las fotos de arriba. La foto de la pareja en la barra la hice a toda velocidad, pero es que estaban tapan de foto que no me pude resistir jajaja... ¿No me digáis que no parece un anuncio?
Total, compramos una cajita de 8 macarons de diferentes sabores y nos fuimos de picnic a un jardincillo en plenos Campos Elíseos. No recuerdo cuánto nos costó la caja, pero bueno, era un capricho totalmente asumible, eh.
La gente muy amable, eh. No os creáis que eran unos estirados, ni mucho menos. Muy atentos y simpáticos. De hecho las cabras pequeña y mediana entraron conmigo y la chica que nos atendió les regaló un macaron a cada uno. Y la verdad, ir a comprar 8 y salir con 10, pues es un regalo importante jejeje... Y sobre todo los niños quedaron encantados y yo también.
Después de haber cumplido mi capricho el primer día en París, seguimos de paseo. Vimos el Petit Palais (que de petit tiene más bien poco jajaja) por fuera...
Y llegamos hasta el puente de Alejandro III, que cruza el Sena desde el año 1900. Su construcción era necesaria para aliviar el tráfico ya entonces importante de París, sobre todo pensando en la Exposición Universal de París que se llevó a cabo en el 1900.
A lo lejos se ve la Torre Eiffel, sin duda el icono de París.
En la foto de abajo pillé al peque haciéndole una foto a la torre, que lo tenía fascinado, y es que claro, la vez anterior que habíamos visitado París, la cabra pequeña era bastante más pequeña, y no se acordaba bien.