Para nuestro tercer día en Escocia teníamos planeado hacer una pequeña ruta por los pueblos del Condado de Fife, en la costa opuesta a Edimburgo.
Para ello alquilamos un coche, ya que queríamos visitarlos a nuestro ritmo. Al principio cuesta un poco conducir por la izquierda, pero la verdad es que la increíble amabilidad de los escoceses hace que todo sea más fácil. ¡Ojalá todos los conductores del mundo fueran como los conductores escoceses!
El primer lugar que visitamos fue St Andrews, una de las ciudades más antiguas de Escocia, famosa por el golf y también por su universidad.
Dejamos el coche a las afueras y entramos en el centro de la ciudad por la puerta medieval de West Port. La zona central de St Andrews conserva su esencia medieval, sus calles comerciales están llenas de cafeterías y tiendas encantadoras, muchas de ellas dedicadas en exclusiva a artículos de golf.
Las pequeñas librerías siempre llaman mi atención en estos lugares. Tienen algo mágico.
También me llamaron la atención las luces que adornaban algunas de las calles. Y no, no era Navidad.
A pesar de que me hubiera parado en cada rincón a disfrutar de la ciudad y a hacer fotos durante todo el día, lo cierto es que estábamos deseando llegar a la catedral. Además el día estaba gris y amenaza lluvia y quería poder hacer fotos allí con calma sin que se me mojaran los objetivos.
De camino les hice estas fotos a mis chicos, que como siempre, iban más adelantados. Yo estaba al otro lado de la calle, y un camionero paró amablemente su camión durante un rato para que yo pudiera hacer unas cuantas fotos. Lo que yo os diga: los escoceses son amabilísimos, y no pierden esa amabilidad al volante.
¡Y por fin llegamos a la catedral! Sin duda es una de las imágenes más icónicas de esta preciosa ciudad y la verdad, no me extraña… es un lugar mágico.
Por lo visto las reliquias de San Andrés llegaron aquí de casualidad, después de que la embarcación que las transportaba desde el mediterráneo, naufragase aquí en el año 742.
Cuenta la leyenda que San Andrés se convirtió en patrón de Escocia porque una noche del año 832, San Andrés se le apareció al rey de los pictos (que habitaban entonces estas tierras) la noche antes de una batalla contra los anglos, y le anunció que vencería.
San Andrés fue crucificado en una cruz en forma de X por orden del emperador romano en una ciudad de lo que hoy es Grecia.
Según la leyenda, durante la batalla de los pictos contra los anglos, una cruz blanca en forma de X cruzó el cielo azul, y finalmente los pictos vencieron. De esa X blanca sobre el cielo azul nació la bandera de Escocia.
Con el tiempo se alzaron aquí varias iglesias, junto a los restos de San Andrés, y la localidad adoptó el nombre del santo. Hacia el año 1140, St Andrews era ya una localidad bastante grande, y en 1160 el obispo encargó la construcción de una enorme catedral en honor a San Andrés.
Cuando se terminó, en el año 1318, era la catedral más grande de Escocia, y St. Andrews era una de las ciudades más importantes.
Sin embargo hoy en día solo se conservan estas maravillosas ruinas de esa majestuosa catedral. Por lo visto el lugar en el que está situada no es el mejor para la conservación de un edificio de esas características: pegado al mar del norte, donde el viento sopla con fuerza. Pero sin duda la reforma escocesa fue definitiva en su destrucción.
Además de las ruinas de la catedral y del claustro, se conserva una torre de una iglesia más antigua que la catedral: la St. Rule’s Tower (en la foto de abajo), a la que se puede subir para admirar las vistas de la ciudad. Para subir a la torre y visitar el castillo y el museo, es necesario comprar una entrada. Visitar las ruinas y el cementerio es gratuito.
Nosotros no visitamos el museo ni el castillo, ni subimos a la torre. Queríamos visitar más pueblos ese día y en Febrero las horas de luz son escasas.
Al lado de las ruinas de la catedral está el Castillo de St. Andrews, pegado a la playa de West Sands, que se hizo famosa por la película “Carros de fuego”. ¿A quién no le suena una escena en la que aparecen los protagonistas de la película corriendo a cámara lenta por la orilla de una playa con la mítica banda sonora de fondo? Pues esa playa es la que aparece en la foto de abajo, detrás del castillo.
Paseando junto a la costa, poco después del castillo está la Universidad de St Andrews, un conjunto de maravillosos edificios antiguos repartidos por varias calles.
La Universidad de St. Andrews, fundada en 1413, es la más antigua de Escocia y una de las más prestigiosas del Reino Unido.
Se considera que St. Andrews es la cuna del golf, y de hecho allí está situado uno de los clubes de golf más antiguos que existen: el Royal and Ancient Golf Club of St Andrews, que organiza, entre otros, el Open Británico, uno de los torneos de golf masculino más importantes.
Lógicamente los campos de golf están alejados del centro de la ciudad, así que no vimos ninguno. Pero parece que uno de los más antiguos del mundo, el Old Course, se encuentra junto a la playa de West Sands, en el extremo más alejado del centro.
Si os gusta este deporta, aquí veréis varias tiendas especializadas y también bares y restaurantes decorados con el tema del golf, como el de la foto de arriba.