Después de nuestra visita a la preciosa ciudad de St. Andrews, pusimos rumbo a Crail.
Crail es un encantador pueblo pesquero a orillas del fiordo de Forth que parece sacado de un cuento infantil.
Dejamos el coche en la carretera y comenzamos a bajar hacia la costa por sus callejuelas llenas de pequeñas casas de piedra.
En donde yo vivo es difícil encontrar un pueblo costero en el que se hayan mantenido sus casas originales, y en el que las nuevas construcciones respeten la arquitectura del conjunto.
Pues aquí, en este rincón del norte esas cosas pasan y Crail es una buena prueba de ello.
Bajando por sus callejuelas se llega al pequeño puerto pesquero, protegido de las corrientes del fiordo por un rompeolas.
Todas y cada una de las casas están impecablemente conservadas. Muchas no tienen jardín, pero todas tienen detalles coquetos, normalmente relacionados con el mar.
Supongo que Crail estará más animado en verano, pero me encantó verlo así de “despejado”. El cielo seguía un poco gris, pero había una luz preciosa que resaltaba los colores pastel que tiene este lugar.
No había muchas tiendas, pero las que había eran impecables de bonitas.
Y vimos una tienda-salón de té- galería de arte alucinante. Está ubicada en esta casita de cuento de las fotos de abajo. Y su nombre es “Crail Harbour Gallery”. Creo que los pocos visitantes que había en Crail ese día, estábamos todos reunidos allí.
Como veis tiene una sección de cuadros, pero también vende artesanía, láminas y un montón de pequeños detalles seleccionados con muy buen gusto y relacionados de una u otra forma con el mar o con Escocia. De verdad, de verdad… yo me lo hubiera traído todo para casa.
Unos tomamos té y otros café, todo muy rico. Pero lo mejor son los dulces: ¡los scones y la carrot cake estaban espectaculares!
¿No os parece que Crail es un pueblo de cuento? Y ese salón de té… ¡debería haber uno así en cada pueblo!