Ya hace un año que hicimos este viaje. Y no me importaría nada volver a ir a Escocia mañana mismo. Todos los viajes que se hacen son especiales, pero recuerdo este como un puntito más especial que los demás.
Primero voy a enseñaros algunas fotos del viaje, explicando los lugares que visitamos. Y al final haré un post con información práctica del viaje: billetes, alojamientos, etc.
Aterrizamos en Edimburgo de noche y nos fuimos directos al apartamento que teníamos reservado. La noche estaba lluviosa, sin embargo a la mañana siguiente ¡el cielo estaba completamente azul!
Cogimos el bus hasta la parada de Princes Street. Princes Street es la calle principal de Edimburgo. A un lado de Princes Street está la ciudad nueva (New Town) y al otro está la ciudad antigua (Old Town).
Junto a la Princes Street están los Princes Street Gardens, unos maravillosos jardines que vale mucho la pena visitar, aún en invierno, cuando tienen casi todos los árboles pelados.
Al sur de estos jardines, en la zona alta, está la Old Town. En la foto de arriba, detrás de la estatua se puede ver el famoso castillo de Edimburgo.
En la foto de arriba se ve la casita del jardinero, que parece sacada de un cuento.
No os dejéis engañar por ese cielo azul y esos rayos de sol… ¡hacía un frío que pelaba! Y es que Escocia está muy al norte. Es el lugar más al norte en el que yo he estado nunca.
Los charcos estaban congelados, y mis cabras no se resistieron a romper los charcos helados a pedradas.
Ese mismo día se celebraba en Edimburgo un partido de rugby importantísimo: nada más y nada menos que el Escocia-Francia del torneo de las 6 Naciones. Por curiosidad, miramos cuánto costaban las entradas… y estaban fuera de nuestro presupuesto. Pero muy fuera. Tan fuera como si estuvieran en otra galaxia.
Mientras paseábamos por los jardines, una señora se acercó a nosotros (le debimos tener pinta de turistas) y nos preguntó si éramos franceses (supongo que habría muchos esos días en Edimburgo para ir al partido), le dijimos que no, que éramos españoles y nos explicó que nos avisaba porque estaba la selección francesa de paseo por los jardines, por si queríamos verlos.
Pues sí, ¡justo coincidió nuestro paseo por Princes St. Gardens con el paseo matutino de la selección francesa!
La gente fue increíblemente respetuosa. Eran los rivales, pero nadie en ningún momento los molestó, ni se acercaron para hacerse fotos ni pedir autógrafos, ni mucho menos meterse con ellos. La gente hacía fotos a lo lejos, igual que nosotros.
Había mucho ambiente a cuenta del partido. Vimos pasar a un montón de gente que iba camino al estadio, muchos vestidos con el los típicos kilts escoceses. Que parece que no, pero se siguen utilizando. Vimos muchas tiendas con ropa típica, la mayoría eran elegantísimas. Vamos, que a mí me dio la impresión de que para las grandes ocasiones los escoceses utilizan los kilts y para las mujeres también había unos vestidos que deben ser típicos de aquí.
Las entradas al partido estaban fuera de nuestro alcance, pero no nos íbamos a quedar sin vivir el ambiente de un partido así en Edimburgo, así que buscamos un pub y por el módico precio de unas pintas y unos refrescos, disfrutamos de un rato de buen rugby y, sobre todo, de muy buen ambiente. Y encima ¡ganó Escocia!