Después de nuestro picnic cerca del Memorial de guerra soviético, nos fuimos a dar un buen paseo por el Tiergarten, que la cabra pequeña tenía ganas de hacer un poco el cabra a sus anchas.
En el camino nos encontramos una ardilla simpatiquísima, y claro, allí ya estuvimos un buen rato dándole de merendar e intentando que se acercara a comer en la mano. De momento, las ardillas berlinesas no son tan confianzudas como las londinenses.
El parque de Tiergarten es el parque principal de Berlín, y está ubicado en pleno centro, atravesado por la calle 17 de Junio.
Como es lógico, en pleno mes de Febrero, el parque no estaba en su mejor momento: los árboles estaban todos pelados y apenas había algunas zonas con césped. Pero aún así nos encantó.
El pequeño río que lo atraviesa estaba congelado en algunas zonas. Y eso para nosotros es toda una novedad jajaja...
El sol que se colaba entre las nubes nos permitió tener una temperatura aceptable para nuestro paseo y también unas fotos que a mi me gustan mucho.
Gael estaba empeñado en coger un trozo de hielo del río.
¡Y no paró hasta que al final lo consiguió! jajaja
Aún en invierno, me dio la impresión de que a los berlineses les encanta el aire libre: las cafeterías tienen terrazas fuera que suelen estar llenas, en el parque también había mucha gente paseando y haciendo deporte. Así que me imagino que en verano este parque debe ser una maravilla: todo verde y lleno de gente disfrutando del sol.