Hacía mucho tiempo que tenía ganas de preparar una tarde de queso tipo New York Cheesecake. Así que me puse a buscar en pinterest recetas en español, que las medidas de las recetas americanas suelen ser más liosas. Así fue como encontré ésta, y me puse manos a la obra, pero adaptando un poco las medidas, porque las de esa web son para un molde de 18 cm y el mío es más grande, es el típico molde de bizochos que todos tenemos en casa jeje
Para la base:
- Aproximadamente 300 g. de galletas tipo digestive
- Aproximadamente 120 g. de mantequilla derretida
Para el relleno:
- 350 g. de queso Philadelphia
- Unos 500 g de leche condensada
- 1 y 1/2 yogures naturales
- 6 huevos
- 200 ml de nata líquida
- 2 cucharadas de azúcar avainillado
Para la cobertura:
- Confitura de frambuesas o frutos rojos
- Fresas y frutos rojos al gusto
Lo primero que hacemos es preparar la base. Para ello trituramos las galletas (yo lo hago con la minipimer) y las mezclamos con la mantequilla derretida. Vamos aplastando la mezcla por el fondo del molde y también la subimos un poco por el lateral, para evitar que el relleno se salga. Metemos en el horno precalentado a 200ºC durante unos 10 minutos.
Mientras se hornea la base, cogemos un bowl grandecito y un batidor de varilla manual y empezamos batiendo el queso. A continuación añadimos la leche condensada procurando que no queden grumos, luego el yogur y la nata.
Batimos bien los huevos y los añadimos a la mezcla batiendo todo bien. Y ahora solo falta el azúcar avainillado. Se trata de tener una mezcla homogénea en la que no haya grumos.
Cuando esté lista la base, la sacamos del horno y vertemos por encima la mezcla que acabamos de hacer. Bajamos la temperatura del horno a 180ºC y metemos la tarta durante unos 45 minutos, pero bueno, lo mejor es comprobar que esté lista metiendo un palillo. Tiene que salir limpio para saber que está lista.
Entonces apagamos el horno, pero dejamos la tarta dentro con el horno cerrado y apagado durante 10 minutos. Cuando hayan pasado estos 10 minutos, abrimos la puerta del horno y seguimos dejando la tarta dentro, esta vez durante 30 minutos. Una vez que hayan pasado estos 30 minutos ya podemos sacar la tarta y esperar a que enfríe.
El proceso de dejar la tarta dentro del horno apagado, es para que no se enfríe de golpe y evitar que se baje. Aunque algo baja, aviso jejeje.
Luego hay que meterla en la nevera hasta el día siguiente.
Yo la saqué de la nevera al día siguiente cuanto ya tenía toda la comida lista. Eché la confitura de frambuesas en un bowl pequeño para poder batirla un poco con una cucharilla, y le eché una capa fina por encima a toda la tarta.
Luego no hay nada mejor que tener una ayudante de lujo como esta preciosidad de sobrina para que te ayude a decorar la tarta y la deje tan rebonita como se ve abajo.
Como veis, nosotras la decoramos con fresas, frambuesas y grosellas frescas (los frutos rojos congelados sueltan líquido cuando se descongelan, y no queda muy bonito). Pero eso ya va en gustos.
Creo que la tarta tuvo bastante éxito, a juzgar por lo que sobró jeje