¡Qué ilusión me hizo que me llamara la madre de estas mozas para hacerles una sesión!
Siempre que pensamos en fotografía de familia, nos viene a la cabeza una familia con niños pequeños. ¡Y no! Los niños crecen (¡que me lo digan a mi!), pero no por ello tenemos que dejar de hacerles fotos (que me lo digan a mí también jajajaja).
Tener recuerdos de esta etapa también es una maravilla. Ver cómo han crecido y cambiado nuestros peques hasta convertirse en hombres y mujeres es también maravilloso.
Los días antes de hacer esta sesión habíamos pasado un calor increíble todos los días. Así que yo tenía en mente una sesión en la playa, las chicas con sus vestidos, una luz maravillosa del atardecer...
Peeeero... ese día amaneció nublado no, nubladísimo. Hasta parecía que iba a llover y a punto estuvimos de aplazar la sesión. Pero esta familia no vive cerca, así que no era muy fácil para ellos organizarse para venir todos juntos otro día.
Menos mal que al final se aguantó sin llover. Y hasta el cielo encapotado estaba precioso y en algunos sitios dejaba pasar unos maravillosos rayos de sol entre las nubes, que procuré aprovechar para las fotos.
Además de este par de bellezones y de sus padres (que también salen en algunas fotos), se unió a la sesión su perrilla Celtia. ¡Me encanta que traigais a vuestras mascotas a las sesiones de fotos! Y es que ellas también forman parte de la familia.
El entorno no puede ser más bonito. Y es que aquí la verdad somos muy afortunados de poder contar con estos escenarios naturales para nuestros reportajes de fotos. Y la playa de la Lanzada es especial para esta familia, porque gran parte de los veranos de la historia familiar están unos a esta playa maravillosa.
Además las rocallas estaban en flor... ¿Qué más se puede pedir? Bueno, unos graditos más sí que los hubiéramos agradecido. Y es que no solo estaba nublado, hacía viento y bastante frío. Menos mal que M. y E. se portaron de maravilla, sin rechistar por el fresquete, que viéndolas parece que la temperatura era perfecta jajajajaja
Además de portarse como modelos profesionales, me hicieron pasar una tarde genial. ¡¡¡Son más riquiñas las dos!!! Claro que tienen a quien salir, porque sus padres son igual de riquiños y buena gente que ellos.
¡Muchísimas gracias, familia! Gracias por permitirme pasar este rato tan genial con vosotros. Gracias por confiar en mí para guardar un recuerdo de esta preciosa etapa de la vida de vuestra familia. Y gracias también por permitirme compartirla en este rinconcito mío. No sabéis lo afortunada que me siento.
Y para despedirme, un besiño :-*