Desde el RAW Temple cogimos el metro hasta Hackescher Markt, con la intención de recorrer el barrio de Scheunenviertel, conocido como el antiguo barrio judío.
En realidad no había un barrio judío bien delimitado. Pero lo cierto es que en esta parte de la ciudad la comunidad judía era numerosa y además era aquí donde tenían su sinagoga.
Comenzamos el recorrido por la calle Rosenstrasse (en la foto de abajo). Esta calle es famosa porque fue escenario de numerosas manifestaciones pacíficas en el año 43, llevadas a cabo por mujeres no judías cuyos maridos, judíos, estaban detenidos en una cárcel en esa misma calle, a la espera de ser deportados.
Finalmente los maridos de las manifestantes fueron liberados y desde entonces han sido un ejemplo de la resistencia al nazismo.
Al final de la calle pudimos ver de nuevo la Fernsehturm, la famosa torre de TV de la RDA.
Después, continuamos nuestro recorrido por el barrio judío. Parece mentira que un lugar que ahora luce tan bonito y moderno fuera escenario de tantas barbaridades...
Pero Berlín siempre está dispuesta recordarlas, para que no se repitan de nuevo. En la entradas de muchas casas y edificios hay placas doradas que recuerdan que en ese lugar vivió una persona que fue asesinada o deportada.
Y llegamos por fin a Hackescher Hofe, que es un conjunto de patios interiores de varios edificios unidos entre sí.
Estos edificios y sus patios quedaron prácticamente destruidos después de la guerra, así que tuvo que llevarse a cabo una grande remodelación y ahora lucen un renovado estilo art noveau y sus bajos están llenos de bonitas tiendas, restaurantes y bares.
Cuando entramos en el primer patio, nos parecía que el recorrido iba a ser corto, pero fuimos pasando de uno a otro en un paseo un tanto laberíntico, porque no sabíamos muy bien dónde estábamos, y al final resultó un recorrido bastante más largo de lo esperado.
Pero a mí me encantó. Todos los patios son diferentes entre sí y cada uno es más bonito que el anterior.
Como comprenderéis no me pude resistir a hacerle una foto a este banquillo rosa con esas lucecillas detrás. ¿Un poco cuqui de más? Puede. Pero ¡y lo bien que queda en una foto! jajaja
Ahora que para exceso de "cuquismo", este último patio por el que pasamos: todo era color rosa y menta. Taaaannnn bonito!!! Yo es que veo ese color menta y ya me gusta todo.