La receta de hoy es la más rica y la más fácil de todas las recetas de galletas que he probado hasta ahora.
De verdad. Tengo unas cuantas recetas de galletas de este tipo, pero ninguna como ésta. No puede ser más fácil de hacer, y las galletas no pueden estar más ricas. Saben como las auténticas shortbread escocesas.
Y otra cosa: encima de ser fáciles y de estar riquísimas, ¡quedan bonitas! Yo no sé vosotros, pero yo me declaro una inútil total haciendo galletas. Daba igual cuál fuera la receta, siempre me quedaban espachurradas, sin forma... ¡Un desastre!
Bueno, que me lío. La receta la encontré en el blog de lo en las nubes. Y, según cuenta ella, la sacó de un libro de recetas de galletas, que estoy tentada a comprar después de haber probado esta receta.
Los ingredientes son:
- 225 gramos de mantequilla con sal
- 110 gramos de azúcar
- 340 gramos de harina
Ya veis, los ingredientes no pueden ser más sencillos, eh.
¿Os habéis fijado en ese pañito tan mono? Me lo trajo mi mami de Portugal (¡¡ayyy... las madres!!). Dice que en cuando lo vio pensó en mi: "seguro que con esas cupcakes le va a encantar". ¡No me conoce ni nada! jajajaja Y ya le dije que lo iba a guardar para fotos, ¡no pienso usarlo para cocinar! ¡Gracias mami!
Lo primero y más importante de la receta es que la mantequilla tiene que estar a temperatura ambiente. Yo aquí en invierno la dejo fuera de la nevera el día anterior. En verano, pues con unas cuantas horas es suficiente.
Yo pongo la mantequilla en un bowl, añado todo el azúcar y bato con una batidora de varillas hasta que queda una especie de crema suave.
Luego le voy añadiendo la harina tamizada y ahí ya amaso con las manos (no tengo amasadora).
Hacemos una bola y la metemos en la nevera un buen rato.
Precalentamos el horno a 175ºC.
Luego ya empieza lo más divertido ;-)
En ese punto yo llamé a uno de mis ayudantes porque estar con las manos en la masa y en la cámara al mismo tiempo, es complicado. Además lo de ayudarme en la repostería lo hace de buena gana jejeje
Extendemos la masa con la ayuda de un rodillo de forma que tenga más o menos un centímetro de espesor.
Y a continuación a cortar con los cortapasas.
Claro que también podemos ir por libre y hacer "galletas inventadas" jajaja... ¡Con esa carita cualquiera le dice que no!
Pues hizo unos zapatos y un bigote. Muy hipster y muy a la moda este hijo mío jajajaja...
Las dejamos en el horno durante más o menos 10 minutos. Pero como cada horno es de su madre y de su padre, pues hay que estar pendientes y cuando estén un poquito doradas, sacarlas.
Cuando las saquemos del horno van a estar blanditas. Hay que dejarlas enfriar para que queden duritas y listo. Si probais a hacerlas en casa, ya me contaréis qué tal quedan :-)