¡Qué fáciles son de hacer y qué apañados quedan! El material, pues como siempre: barato y fácil de encontrar. La típica pasta de moldear blanca que venden en cualquier librería, papelería o tienda de manualidades.
También vamos a necesitar un rodillo (o algo que haga las veces de rodillo, por ejemplo una botella) y un bowl que no sea muy grande.
Podemos hacerlos así lisos, o bien ponerle alguna textura, que fue lo que hice yo.
Cogemos un trozo de la pasta y lo amasamos para que quede moldeable. A continuación le pasamos el rodillo por ambos lados.
En unos de los bowls utilicé un mantelito individual que tengo para darle esa textura de cuadros. Para ello coloqué el mantelito encima de la pasta y pasé el rodillo por encima con fuerza suficiente para que la forma quedara marcada.
Para el otro bowl puse encima de la pasta unos cuantos ramitos de paniculata y volví a pasar el rodillo por encima. Luego quité las flores con cuidado para que no se rompieran. Sorry, no tengo fotos.
A continuación cortamos la pasta utilizando el bowl:
Para que quede con la forma del bowl, ponemos la pasta dentro del bowl y la dejamos secar ahí hasta que esté bien seco. El tiempo que indique el fabricante es orientativo. Aquí en esta tierriña puede ser que necesites muuucho más tiempo debido a la humedad.
Puede parecer que la pasta se va a quedar pegada al bowl de cerámica, pero cuando está realmente seca, sale muy fácilmente.
Cuando ya estén bien secos toca lijar. Aunque bueno, eso va en gustos. Pero ese reborde que les queda a mi no me gusta nada.
Por último nos queda pintar. Yo utilicé pintura acrílica.
Para pintar el de flores le añadí agua a la pintura. Quería que la pintura de colara por los agujerllos de las flores y quedara más clarita en el resto. Y además que quedara irregular, no la quería pintada de manera uniforme.
Un truco: si queréis quitar el exceso de pintura, podéis frotar con un trozo de papel de cocina antes de que la pintura esté seca.
El de cuadros tiene un tono más morado. En este caso la pintura no estaba aguada, así que quedó más oscura. De esta forma resaltaría más la pintura blanca que apliqué por encima.
Para darle esos toques blancos sin tapar todo, lo que hice fue mojar muy poquito el pincel en la pintura. Vamos, que el pincel esté prácticamente seco.
Obviamente estos bowls no se pueden itilizar para comer jajaja... Yo los quería para colocar piezas de bisutería en mi habitación:
También las podemos utilizar como "vacía bolsillos", o para dejar esas monedas que siempre andan por los bolsillos. O yo qué sé... Aunque solo sea para decorar un rinconcito.