Hoy os cuento el final de nuestro primer día en Londres.
Al salir de la juguetería Hamley's, fuimos dando un paseo por Regent St, Oxford St y los alrededores. Ésa es una zona con mucha vida. Se trata de un núcleo comercial muy importante de Londres, y está lleno de tiendas, restaurantes, cafeterías, etc.
Caminando, caminando llegamos a la archiconocida Carnaby St. que se hizo famosa en la década de los 60 porque era muy frecuentada por los los integrantes de bandas tan conocidas como los Rolling Stones, los Beatles, etc.
Carnaby St. se encuentra en el Soho, que es una importante zona de cultura y entretenimiento, llena de teatros y locales que abren hasta muy tarde.
Mientras paseábamos por el Soho nos pillo un chaparrón, así que nos resguardamos debajo de la entrada del Palace Theatre y aprovechamos para sentarnos un rato y dejar que G estrenara el coche que había comprado en Hamley's jejeje
Nuestro objetivo era llegar a Denmark St., que es una calle que está llena de tiendas de música. Nuestro hijo mayor toca la guitarra y tenía muchas ganas de visitar las famosas tiendas londinenses, así que allá nos fuimos.
La verdad es que encontramos unas cuantas, con guitarras de todos los precios, nuevas y de segunda mano.
Y además en la mayoría podías probarlas. A. se hubiera quedado a vivir allí jajajaja
Pero E y G no tenían la misma opinión, y después de estar un buen rato entrando y saliendo de las tiendas y esperando por su hermano, estaban ya hasta el moño jajajaja...
Cuando fuimos capaces de despegar a A de las tiendas de música, nos fuimos paseando hasta China Town. Nuestra intención era cenar en un restaurante japonés en el que yo había estado en otro viaje. Por fuera es un sitio que no llama nada la atención, pero nos lo había recomendado un camarero español que nos atendió en una cafetería allí cerca y la verdad es que la comida estaba riquísima y el sitio estaba lleno de japoneses (bueno, digamos orientales porque yo no los distingo bien jejeje).
Pero cuando llegamos allí, nos encontramos con una cola de gente en la acera esperando mesa.
Nosotros estábamos cansados y teníamos hambre, así que terminamos cenando en el primer sitio con una mesa libre que encontramos: un Kentucky Fried Chicken. La verdad es que a mi no me gusta nada, pero bueno, era lo que había...
Cuando salimos del restaurante empezaba a llover, y al ratito ya estaba cayendo un chaparrón y encima hacía mucho viento. Pero aún era temprano para volver al hotel.
Menos mal que me acordé de que los viernes la National Gallery cierra a las 21:00 y como la entrada es gratuita, podíamos acercarnos a disfrutar de un pedacito de esa maravilla de museo de arte que en la National Gallery mientras fuera llovía con ganas.
Como no somos expertos en arte, ni mucho menos, nos fuimos a disfrutar de lo poco que más o menos conocemos: los pintores impresionistas. Van Gogh, Monet, Cézanne, Toulouse-Lautrec, etc.
Cuando salimos había escampado, así que pudimos ir tranquilamente dando un paseo hasta la estación de metro y de allí al hotel a descansar.
Al salir aún aprovechamos para hacer algunas fotos a Trafalgar Square. Desde allí se ve a lo lejos el Big Ben. Fue una pena que pudiésemos volver a visitar esta plaza de día, para poder hacer unas fotos en sus famosos leones. Pero bueno, espero volver jajajaja