Última parte de nuestra sesión con mascotas

Bueno, y hoy sí que os traigo la última sesión de fotos con mascotas que hice en colaboración con mi amiga Fotoclics. Muchas gracias a los papis que nos permitieron compartir las fotos!

Estos dos hermanos fueron los modelos más pequeños de ese día. Y su perrito fue la mascota más mayor que tuvimos ese día. Así que dentro de unos años, estos hermanos tendrán un precioso recuerdo con la mascota que los acompañó durante estos primeros años.

Se portaron de maravilla. Bueno, el perrito andaba un poco a su bola, lo que quería era ir de paseo por ahí, así que a cada rato la madre tenía que ir a buscarlo y colocarla en el escenario jejeje

Los ojazos que tienen estos dos hermanos son una cosa de otro mundo. Y son guapísimos los dos. Los que tenéis más de un hijo pequeño seguro que me comprendéis: ¡qué difícil es que salgan los dos bien a la vez en una foto! Por eso hay que disparar a ráfagas y procurar llamar su atención. En este caso era la madre, haciéndolos reír detrás de mí jajaja

La peque, como todavía no sabe caminar, era más fácil de controlar. Además se quedó tranquilita y encantada jugando con las tazas y la jarra que teníamos allí.

Peludos en la niebla

Y que conste que cuando hablo de peludos no hablo de mis hijos jajaja... (aunque la verdad es que suelen llevar el pelo un poco largo), hablo de nuestros perros, Kiwi y Jagger.

En invierno, cuando las playas se quedan desiertas, solemos llevarlos a pasear los fines de semana temprano por la mañana y soltarlos para que se cansen de correr. Bueno, lo de cansarse es un decir, porque no se cansan. Jagger (el pasto alemán) sí se cansa un poco. No suele sentarse, pero a ratos sí camina a nuestro lado a un paso normal.

Pero Kiwi es incansable. No para de correr en todo el tiempo que estamos en la playa. Nada de caminar a paso normal, es más, rara vez trota: casi todo el rato está corriendo a toda velocidad.

Creo que en las fotos se puede apreciar bien la diferencia, no? jajajaja

Este día había una niebla preciosa. Bueno, a mí es que la niebla normalmente me gusta mucho. Claro que hay ocasiones en las que joroba un poco (aún recuerdo una visita al faro de Finisterre donde no podíamos ver más allá de la punta de nuestros pies), pero casi siempre es preciosa y muy fotogénica.

La mañana de este paseo había una niebla densa, de esa que entra por la ría y que los habitantes de la costa conocemos bien. Pero amenazaba con salir el sol, así que a ratos la luz era muy cálida.

Apenas podíamos ver unos metros más allá de la orilla. Después el cielo y el mar se fundían en un manto gris. Las gaviotas volaban "de incógnito" porque apenas se podían distinguir, dejando unas imágenes maravillosas.

Y luego toda esa humedad de la niebla estaba también en las flores y en las hierbas de las dunas en forma de gotas diminutas.

Y bueno, la verdad es que esos poquitos días de niebla medio frescos que tuvimos hace unas semanas fue lo más parecido a un otoño que tuvimos :-( Ahora estamos otra vez asándonos de calor y con los cielos azules. ¡Yo quiero que llueva! Quiero que llegue el otoño de una vez, abrigarme, ponerme las botas y los jerseys de lana. ¡Veroño vete ya!

Más fotos de la sesión con mascotas

Pues sí, como me quedaría un post muy largo si pongo todas las fotos juntas, hoy os traigo la segunda parte de esta sesión (este es el enlace de la primera parte).

Y hoy le toca el turno a nuestro chico, que estaba guapísimo con ese sombrero de paja!

Posó con su perra y también con unos pollitos que se portaron sorprendentemente bien.

Los decorados que preparó Mari (Fotoclicks) no podían ser más bonitos. Y nuestro chico vino vestido de maravilla para la ocasión.

Tanto los niños como sus mascotas se portaron de maravilla y el día estaba precioso. ¡Vamos, que no se podía pedir nada más!

¡Qué maravilloso recuerdo de su perro! Yo a menudo les hablo a mis hijos de las mascotas que tenía cuando era niña. Las han visto en fotos y les cuento cosas que hacían y cómo eran. Y la verdad es que les encanta escuchar esas historias. Me gusta pensar que el día de mañana mis hijos harán lo mismo con los suyos. Estos recuerdos son oro puro.

Un amanecer en Cambados

Hace unos días aprovechamos que la marea estaba baja al amanecer para ir a visitar la torre de San Sadurniño en Cambados. Es una vergüenza, pero la verdad es que  yo no la conocía. Y he estado unas cuantas veces en Cambados.

El día estaba espectacular. Un amanecer con unos colores increíbles y el mar como un plato, así que había un reflejo precioso de la torre en el agua.

La Torre de San Sadurniño fue construida en el siglo XIII o IX d.C. aunque es posible que ya fuera levantada sobre otra construcción más antigua. Sirvió tanto de faro para guiar los barcos hasta el puerto, como de torre de vigilancia para proteger de invasores que llegaban a la costa. Por lo visto está en un lugar estratégico para la defensa de Santiago de Compostela, que la torre es visible desde Catoira.

Al islote en el que se encuentra la torre se puede llegar desde la villa de Cambados a través de una pasarela de piedra de reciente construcción. Al otro lado de la pasarela se encuentra el barrio de Santo Tomé o Vila Vella. 

Es un bonito barrio que merece un paseo entre sus callejuelas estrechas y sus casas de piedra. El barrio está construido sobre las rocas de la costa y conserva muchas antiguas casas de pescadores.

Un espectáculo ver salir el sol detrás de las casas y cómo va iluminando la torre poco a poco...

Ya sabéis... si os acercais a este recunchiño, muy recomendable hacer una visita a Cambados, por supuesto. Y acercarse a ver la Torre de San Sadurniño, no hagáis como yo!

Una sesión de fotos con mascotas

El otro día tuve la suerte de poder hacer unas sesiones de fotos muy especiales. Mi amiga Mari (fotoclicks) me preguntó que qué me parecía montar un par de escenarios campestres para hacer unas sesiones de niños y mascotas. Y claro, ¡¡me pareció una idea genial!!

Y aquí os muestro a esta preciosa modelo acompañada de su perro, que se portó de maravilla.

Y es que, para los que tenemos mascotas, estos peludos son importantísimos. Son parte de la familia, así que bien se merecen una sesión de fotos acompañados de sus personas favoritas. Y para los niños me parece un recuerdo maravilloso, porque por desgracia, las mascotas que nos acompañan en nuestra infancia, ya no lo hacen en nuestra vida adulta. ¡Y para nosotros son tan importantes!

Y, ya que estábamos, aprovechó también para traer unos pollitos que habían salido hace poco del cascarón. Y, sorprendentemente, también se posaron genial. Yo creo que esta niña tan dulce es capaz de que hasta los pollitos estén tranquilos y relajados junto a ella.

Pasamos un rato genial y creo que salieron unas fotos preciosas entre los tres fotógrafos que estábamos allí disparando como locos y disfrutando como enanos jajaja...

Muchísimas gracias a los padres que os acercasteis con los niños y los animalillos. Espero que os haya gustado el resultado. Y muchísimas gracias por permitirme compartir las fotos en mi blog. Espero que podáis seguir disfrutando por muchos años de vuestras mascotas y de esa relación maravillosa que tienen los niños con ellas.