Pues sí, empezamos con un nuevo viaje. Este es bastante reciente, el último viaje que hemos hecho, que fue en Febrero de este año a Berlín.
¿Y por qué en Febrero? Pues porque es mucho más barato todo: desde los vuelos hasta el alojamiento. Además aprovechamos los Carnavales, que los chicos no tienen clases.
Como ya hicimos en el viaje a Londres, compramos los billetes en Noviembre y el viaje fue nuestro regalo estrella esta Navidad. Los chicos no sabían nada y se llevaron una buena sorpresa.
Como ya he comentado en otras ocasiones, nuestros viajes son los-cost, porque o viajamos así o no podríamos viajar.
Vuelo
Después de consultar en las webs de varias compañías, nos decidimos por Ryanair, como casi siempre. Con salida desde Oporto. Esto es curioso, que teniendo nada menos que 3 aeropuertos en Galicia, al final nos tengamos que ir a Oporto a coger un avión. Yo siempre consulto el vuelo desde allí porque a menudo hay mayor frecuencia de vuelos, más destinos y encima más barato, incluso tendiendo la diferencia en peajes y gasolina. Ya sabéis que el precio de los vuelos varía muchísimo de una época del año a otra. Así que solo os puedo decir que a nosotros nos costaron los vuelos menos de 500€ todo: los 5 vuelos de ida y vuelta. Es decir, menos de 100€ por persona.
Parking
El aeropuerto Sá Carneiro de Oporto tiene varios aparcamientos. Los más alejados son los los-cost, destinados a largas estancias. Y ahí fue donde dejamos nuestro coche.
En esta web tenéis toda la información sobre los parkings y los precios. Se puede reservar on-line, lo cual es muy recomendable, porque suele haber un montón de coches.
Transporte del aeropuerto a Berlín
Ryanair vuela al aeropuerto de Schönefeld, a 24 Km de Berlín. Es un aeropuerto bastante pequeño y bastante incómodo, la verdad. Pero qué caray, apenas vamos a pasar allí un ratito, así que qué más da? Lo importante es que está al lado de una estación de tren. Y cuando digo al lado es que puedes ir caminado desde el aeropuerto a la estación. Hay mucha frecuencia de trenes a Berlín, incluso por la noche, porque el vuelo llega bastante tarde. En realidad hay dos tipos de trenes: el de cercanías, que tarda más porque va haciendo paradas y el Airport Express, que cuesta lo mismo pero es más rápido. Son los trenes RE7 (última estación Chalottenburg) y RB14 (última estación Spandau).
Hay más opciones para ir desde Schönefeld al centro: transporte privado, taxi, autobús. En este enlace tenéis toda la información en español.
Hotel
Nos alojamos en el City Hostel de Berlín. Lo encontramos en Booking buscando alojamientos baratos y no demasiado alejados, ya que en este viaje sí dependíamos del transporte público.
Reservamos una habitación con 6 literas y pagamos menos de 100€ por noche la habitación. Sin desayuno incluido.
Justo al lado del albergue teníamos una parada de metro. También tenía muy cerca un supermercado, así que cada mañana, el padre de las criaturas y yo nos acercábamos al supermercado a hacer la compra para el desayuno mientras las cabras se duchaban y se preparaban, y desayunábamos en la habitación. En la cafetería del albergue sirven desayunos a 5,50€/persona, lo que en nuestro caso suma más de 25 al día. Caro para nuestro bolsillo de familia numerosa jajajaja
El albergue es austero, pero está bien: limpio, bien situado, con baño en la habitación.
Transporte público
Moverse por Berlín en transporte público es muy sencillo. Con la combinación de metro (U-Bahn) y trenes de cercanías (S-Bahn) se puede llegar a cualquier lugar de la ciudad. También hay autobuses y tranvías.
Para ahorrar en el transporte hay que comprobar qué bono de transporte nos conviene más. Porque va a depender de muchas cosas: del número de viajeros, de los días que vayamos a pasar en Berlín y de los museos que vayamos a visitar, porque hay abonos que incluyen descuentos en museos y otros lugares de interés.
Nosotros estuvimos haciendo cuentas y al final nos decidimos por el bono de transportes diario para grupo hasta 5 personas. Lo sacábamos únicamente los días que lo íbamos a necesitar y, dependiendo de los lugares que tuviéramos planificados para ese día, cogíamos el de las zonas A-B, o el de las zonas A-B-C. Todos los bonos y billetes se compran en las estaciones de metro y tren.
Como ya os comenté, nuestro albergue estaba muy bien situado, cerca de la Postdamer Platz. El día que llegamos era ya bastante tarde. Fuimos caminando desde la estación hasta el albergue, dejamos las cosas y salimos a cenar algo. Era un día de semana y la verdad es que se veía poca gente por la calle. Llevábamos varios lugares para comer que no eran caros, y uno de ellos estaba en la Postdamer Platz, así que fuimos a tiro fijo.
El restaurante es el que se ve en la foto de abajo: Vapiano, un restaurante italiano en el que se puede comer bien a precio ajustado. Las pizzas, por ejemplo, estaban muy ricas. Además, el sitio es muy bonito.
A la mañana siguiente, nos levantamos temprano, fuimos a comprar el desayuno en el supermercado que ya habíamos visto la noche anterior, desayunamos en el hotel y salimos a patear Berlín ya descansados. Volvimos a la Postdamer Platz para verla de día, y nos encontramos con los primeros trozos de muro que vimos en el viaje. Los hay en muchos lugares de la ciudad. Y también hay placas recordando por donde pasaba. Se puede hacer el recorrido completo del muro siguiendo las indicaciones, y el alucinante pensar cómo esta ciudad pudo estar dividida durante tanto tiempo de manera tan arbitraria, porque el muro dividía una calle o una acera en dos... Increíble pero cierto. En fin... hay tantas cosas increíbles y tanta historia en esta ciudad que vamos a tener que repetir la visita ;-)
Si os fijáis en la foto de más arriba, donde se ve el trozo de muro "graffiteado", hay un montón de puntitos blancos. Esos puntitos son chicles que ha ido pegando la gente en muestra de desprecio hacia el muro. Supongo que una forma de expresión que la ciudad y sus gobernantes han aceptado y respetado. Los chicles se mantienen ahí, no se tocan.
Es una de las muchas cosas que me sorprendió de esta ciudad: el respeto y el cuidado con el que se trata el arte urbano o callejero.
Desde la Postdamer Platz pusimos rumbo a nuestra siguiente parada: el Monumento de los judíos de Europa asesinados . Pero eso lo dejamos para el siguiente post sobre Berlín, que será el viernes.
Por el camino nos encontramos con los famosos "ampelmann", que son los hombrecillos de los semáforos. Esta silueta del hombrecillo con sombrero era la que tenían los semáforos en la República Democrática Alemana. Tras la reunificación, los ampelmann fueron sustituidos por un nuevo diseño para unificar todos los semáforos del país. Pero un movimiento ciudadano y un empresario que se había fijado en los antiguos diseños, lograron que los ampelmann volvieran a las calles del país.