Nuestra siguiente para en este road trip por el País Vasco es San Sebastián, que tiene fama de ser una ciudad preciosa y desde luego que lo es.
Está situada en un lugar privilegiado junto al mar Cantábrico, en la hermosa bahía de La Concha y flanqueada por los montes Urgull e Igueldo.
Precisamente por el monte Igueldo fue por donde comenzamos nuestra visita a esta ciudad.
Para subir al monte Igueldo hay un antiguo funicular, que lleva en funcionamiento desde 1912 y es el más antiguo de Euskadi.
Arriba hay un pequeño y antiguo parque de atracciones. Gael quiso dar una vuelta en una especie de barquitas que iban por un carril de agua, y yo lo acompañé.
Vale la pena subir para ver la ciudad desde allí, las vistas son espectaculares.
Al bajar del monte Igueldo, fuimos a visitar el famosísimo Peine del Viento, que está situado a los pies del Igueldo.
El Peine del Viento es una escultura de Eduardo Chillida, y fue instalada en este lugar en 1977.
El entorno fue diseñado por el arquitecto Luis Peña Ganchegui, que diseño las terrazas y las estructuras de granito.
Es un lugar especial desde el que se puede observar la fuerza del mar, en especial los días de oleaje. Cuando nostros lo visitamos, el día estaba soleado y caluroso y el mar no estaba especialmente bravo, pero aún así las olas rompían con fuerza, como podéis ver en la foto de abajo.
Además, el lugar posee un sistema de tubos que utiliza el oleaje para impulsar el aire a través de unos orificios situados en el suelo, y hace que salga con mucha fuerza.
Además produce un sonido muy curioso.
Después de visitar el Peine del Viento, fuimos caminando por el paseo hacia el otro extremo de la ciudad, que es donde está el casco antiguo.
La primera playa, la más cercana al monte Igueldo se llama Ondarreta, y desde allí hay unas bonitas vistas del monte Urgull
Al abrigo del monte Urgull está situado el puerto. Y en la parte de arriba está el Castillo de Mota
Después de la playa de Ondarreta, llegamos por fin a la mítica playa de La Concha. Y con el calor que hacía, no pudimos resistirnos a darnos un chapuzón.
El edificio que se va al final de la playa de La Concha es el ayuntamiento de la ciudad.
Después del chapuzón en la playa de La Concha, nos fuimos al casco antiguo a comer pintxos, ¡como está mandando!
Y también a disfrutar de la belleza de esta parte de la ciudad.
Porque la playa de La Concha se lleva toda la fama, y es cierto que es muy bonita, pero yo siento debilidad por las zonas más antiguas de las ciudades.
Para terminar nuestra visita a San Sebastián, fuimos a visitar el puerto, cuya construcción se inició en el siglo XV.
Junto al puerto, hay pequeños edificios pegados a la falda del Urgull, y hacen que la zona se muy pintoresca.