Como ya os comenté en el post anterior, la ciudad de Inverness está atravesada por el río Ness. Cuenta la leyenda que en este río fue visto por primera vez el famoso monstruo que, huyendo del monje que quería capturarlo, huyó hacia el lago Ness haciendo famoso a este último.
Pues en el medio del río, a tan solo 15 minutos a pie del centro de la ciudad, se encuentran estas islas. En mi opinión, lo más bonito de esta ciudad.
He de reconocer que mí hay pocas cosas que me gusten más que un paseo entre árboles, así que tenía que ir allí sí o sí. Además el momento no podía ser más perfecto: llegamos cuando el sol estaba bajando y la luz era una maravilla, atenuada por las nubes finas.
El camino hasta las islas discurre pegado al río, hay un montón de casas bonitas y el paisaje es precioso.
Y entonces, después de cruzar un pequeño puente, llegamos al conjunto de islas.
Si os digo que la luz era perfecta… ¡es que era perfecta!
La verdad es que no os puedo decir cuántas islas hay, porque íbamos caminado y de vez en cuando nos encontrábamos con un pequeño puente, que ya no sabíamos si íbamos a otra isla o volvíamos a la anterior.
Sé que no las recorrimos todas, eso sí. El sol se pone muy rápido y no queríamos que se nos hiciera de noche.
Como veis la vegetación es maravillosa y hay caminitos por todas partes, pero nada impide que caminar fuera de los caminos, aunque como había llovido por el día, estaba todo bastante mojado.
¿Os he dicho ya que la luz era perfecta? jajajaja
Y, por si todo esto fuera poco… ¿qué me decís de esas bombillas? Por favor… ¿pueden ser más bonitas?
Bueno, creo que ha quedado claro que, si tenéis pensado ir a Inverness, tenéis que reservar obligatoriamente una tarde para visitar las maravillosas islas del río Ness. Cuando el sol esté bajando, preferiblemente.