Recuerdos de una tarde de verano

Por fin os muestro las fotos de esta preciosa sesión de familia. Llevaba ya tiempo con ganas de enseñarla, pero la verdad es que con todo este lío hasta se me pasaron las ganas.

Pero bueno… creo que mirándolo por el lado bueno, me parece una sesión perfecta para anunciar que ¡por fin vuelvo a hacer sesiones al aire libre!

De momento no podemos hacer todas las reuniones familiares que nos gustarían, así que las comuniones están siendo aplazadas. Pero nada nos impide hacer una preciosa sesión con nuestra familia para celebrar que podemos salir y disfrutar la maravillosa naturaleza que nos rodea. ¡Bien nos merecemos esa celebración después de tantos días confinados!

Además, ahora que estamos en fase 2, ya podremos bañarnos en la playa. Y de momento las tendremos todas para nosotros, y hay que aprovechar, ¿no os parece?

¿Y qué mejor manera de celebrarlo que con un descuento? Pues sí, tanto las sesiones de familia, como las sesiones Raiola que contratéis durante los meses de Mayo y Junio tendrán un 10% de descuento. Y atención… porque los que habéis contratado conmigo la comunión este año, ¡tendréis un 15% de descuento!

Una familia bonita y la playa en invierno...

¡Es la combinación perfecta!

Mónica se puso en contacto conmigo porque tenía ganas de tener un recuerdo bonito de su familia, ahora mientras el niño aún es niño, que enseguida crecen y al cabo de unos años estas fotos serán aún más valiosas, no solo para los padres, sino para el peque.

Hablamos del tipo de fotos que le gustaría, al aire libre, naturales y divertidas. ¡Bien, soy tu fotógrafa!

Le pregunté qué le gustaba al peque, si practicaba algún deporte. Y la verdad es que practica varios, entre ellos el rugby, así que le pedí que trajera una pelota y una camiseta de rugby.

Siempre está bien guardar estos recuerdos, pero además me sirve para que el niño juegue y así se vaya soltando, porque normalmente al principio todos están un poco cortados.

En cuanto al lugar, me dijo que para ellos era especial esta playa, que habían pasado en esta zona y les hacía ilusión que la sesión fuera aquí.

Así que hasta allí nos fuimos, al otro lado de la ría. A las playas de Mourisca y Ancoradouro.

Al principio el peque estaba un poco cortado, pero en cuanto empezó a correr y pasarlo bien, el cambio fue bestial, se lo pasó de maravilla. ¡Casi tan bien como yo! jajaja

No controlo mucho la puesta de sol en aquel lado de la ría, pero mis cálculos salieron bien: primero quise ir a la playa de Mourisca, que a esa hora de la tarde no pega mucho el sol, y tiene una buena zona de sombra, y después a Ancoradouro, porque me parecía que allí a última hora podríamos tener una puesta de sol exitosa. ¡Y así fue!

Tuvimos también mucha suerte con el día, porque este invierno fue muy lluvioso. Pero pillamos un día de un fin de semana que salió el sol y no nos lo pensamos dos veces… allá nos fuimos. Hasta hacía una temperatura bastante cálida mientras calentó el sol.

Mónica, muchísimas gracias por haber confiado en mí para este trabajo. Espero que dentro de unos años veas estas fotos y te sirva para recordar todos estos momentos y estos lugares tan especiales. Y también quiero agradecer que me hayáis permitido compartir estas fotos de vuestra preciosa familia. ¡Qué maravilla encontrar personas como vosotros por el camino!

Sesiones Adolescentes

Hace nada les hacíamos millones de fotos, con el movil, con la cámara, con lo que tuviéramos a mano. Ellos posaban felices y sonreían a la cámara en cuanto se daban cuenta de queríamos hacerles una foto.

Incluso a veces te llamaban “¡Mamá! ¡Mira lo que hago, hazme una foto!”. ¿Os acordáis?

¿Cómo se puede pasar de eso a “¡Qué pesada, no me hagas fotos!”?

Nuestros pequeños se han convertido adolescentes. O, como dice una amiga mía, en “arborrescentes” jajaja… Así, de la noche a la mañana y sin avisar.

Así que lo de las fotos riquiñas o simpáticas con la familia ya no les va. Sin embargo nosotros no queremos perdernos los recuerdos en esta etapa de su vida, ¿verdad?

Pues el truco creo que está, como casi siempre, en escucharlos e intentar comprenderlos. Ponernos en su piel, vamos. Que nosotros también tuvimos su edad, así que hagamos un poco de memoria.

Mi cabra pequeña siempre posó para mi objetivo sin problema, hasta no hace mucho, la verdad. No me puedo quejar. Pero últimamente ya estaba menos colaborador. Hasta que le dije “tengo ganas de hacerte unas fotos con el skate (porque, ojo, ya no es el “monopatín” de toda la vida. No. Ahora ellos usan “skate”).

Pues oye, ¡no me rechistó ni una vez!

Así que allá nos fuimos, a unas cuantas localizaciones que me parecieron que podían quedar chulas con el skate, aunque a veces él se quedaba un poco sorprendido de los sitios que escogía jajaja… pero quedó muy contento con el resultado.

Pues el truco es ese: saber qué es lo que les gusta y hacerles fotos realizando su actividad favorita, en la que sientan más cómodos. ¡Así seguro que no van a protestar por salir en fotos! y da igual lo que sea: skate, guitarra, baloncesto, fútbol, pintura, ballet, etc…

Y nosotros tendremos unos recuerdos preciosos de esa edad y además podremos recordar eso que tanto les gustaba. Un “win-win”, que se dice ahora jajajaja

Tenéis la tarifa de esta sesión en este enlace.

El camino al río

Hoy os traigo las últimas fotos de esta sesión que les hice a mis sobrinos. ¿No están para comérselos?

Estas fotos las hice en nuestro “vecindario”, es un lujo vivir en un lugar así ¿no os parece?

Claro que como cada vecino limpia sus fincas y planta sus cultivos a su manera, hay que procurar aprovechar cuando está todo un poco “salvaje”, porque a veces los campos están recién arados.

Pero bueno… aquí con la cantidad de verde que tenemos por todas partes, es raro no encontrar un lugar lleno de hierbas, plantas y árboles.

Y por fin llegamos al río, que en realidad es un pequeño riachuelo. Lo que en Galicia llamamos regato, vamos.

Es un rincón que me encanta, rodeado de vegetación con grandes helechos y siempre fresquito. Cuando traemos a los perros de paseo, siempre aprovechan para beber.

A los peques fue fácil entretenerlos aquí, estaban pendientes a ver si veían bichitos entre la vegetación o en el río jajaja

Aquí la ropa que llevaban era toda suya y el conjunto de falda y camiseta que lleva mi sobrina ¡no me puede gustar más!

Como atrevo un farolillo, que siempre dan mucho juego, y las hortensias gigantes de la casa de mi madre.

La verdad es que estas sesiones en plena naturaleza y con este aire bucólico me encantan. ¿Qué os parecen a vosotros?

Una sesión en el campo

Hacía muchísimo tiempo que tenía pendiente colgar estas fotos en mi blog. ¡Y es que no me da el tiempo para más!

Pero bueno, dicen que más vale tarde que nunca, ¿no? Pues hala… ¡aquí están por fin!

Me aprovecho de sobrinos para practicar, que los pobres tienen mucha paciencia con su tía jajajaja

El lugar es muy cerquita de mi casa, y es que por aquí tenemos rincones chulísimos. Me llevé unos manteles, una cuerda, unas pinzas, un cubo y una jarra. ¡Tuve suerte de encontrarnos allí mismo estas preciosas balas de paja!

Siempre es una buena idea en este tipo de fotografía, darles a los niños algo que hacer, como si estuvieran haciendo una función de teatro. Normalmente lo de posar no es lo suyo y a veces no salen naturales, además de que se pueden cansar de estar “quietos sin hacer nada”. De esta forma están entretenidos y salen muy naturales.

Claro que mi sobrino enseguida encontró un entretenimiento mejor: un pedazo de caña que hizo las veces de espada ninja jajajaja

En cuanto a la ropa para este tipo de sesiones… no tenéis que preocuparos. Tengo ropa guardada de varias tallas. Es ropa atemporal y de colores neutros, que es lo que busco para crear este ambiente.

¡Espero que os hayan gustado!