¿Os acordáis de que hace un par de semanas os mostraba una sesión de embarazo en el campo? Bueno, pues hoy vamos con la segunda parte, las fotos que hicimos ese mismo día, pero en la playa.
La playa elegida en esta ocasión fue Major. Es una playa que me encanta porque tiene también un caminito entre árboles, con puentes de madera. Aquí mismo hice también una sesión de postcomunión que me encantó.
El día estaba espectacular. Lo malo que tiene eso en verano es la cantidad de gente que hay en la playa, así que un paseo por este camino entre árboles por los que se cuelan los rayos de sol, nos vino de maravilla.
Y en la playa, pues nada... buscar el huequito donde menos gente haya y buscar planos en los que no se vea a nadie en el fondo.
Con un poco de ojo y paciencia, se encuentran jajaja...
Además le gente es maravillosa, y la verdad es que ya procuran no estorbar. Esta vez incluso una señora ¡vino a ayudarme con el reflector! El padre del futuro bebé estaba con el hermano mayor, que estaba más pendiente de jugar en la playa que de las fotos, lógicamente, así que no me podía ayudar. Yo estaba ahí sujetando el reflector con una mano y la cámara con otra y se nos acercó una señora amabilísima a ayudarme. ¡Qué maravilla encontrarme con gente tan riquiña!
Por fin pudimos atraer la atención del hermano mayor hacia donde estábamos nosotros (la piedrecitas siempre son buena idea), y pudimos hacer unas cuantas fotos de familia.
Qué maravillosa es la luz del atardecer... ¡Y qué modelo más guapa!
Familia, muchísimas gracias por confiar en mí para guardar estos maravillosos recuerdos y muchísimas gracias por permitirme compartirlos en mi blog. Sois geniales. Os deseo toda la felicidad del mundo, ¡os la mereceis!