Hoy es viernes, pero no hay post de libro y canción. Porque hoy es un día especial. Mi hijo mayor cumple 18 años. Y 18 años no se cumplen todos los días jajaja...
Y lo de ser madre de un mayor de edad, impone. Y mucho además. Yo lo de cumplir años lo llevo estupendamente, no me importa en absoluto, no me siento mayor. Pero tener hijos tan mayores... Éso sí que impone!!
En la foto de abajo el cumpleañero tenía un día. La camiseta de los Stones se la regaló mi cuñado (¡gracias!) y oye, acertó de pleno, porque el chico ha salido rockero jajaja. Claro que entre el tío y el padre no le quedaba otro remedio jajaja.
Lo miro y me parece increíble que hayan pasado 18 años tan rápido. Desde hace 18 años que soy mamá, y a él le tocó el período de prácticas jajaja. No sé qué tal lo he hecho durante este tiempo. Pero sí sé cómo lo ha hecho él como hijo, y la verdad es que no nos lo ha podido poner más fácil como padres.
De pequeño siempre fue un niño feliz, que se llevaba bien con todo el mundo. Recuerdo sus ojitos cuando sonreía. Creo que sonreía más con los ojos que con la boca jajajaja...
Y lo mejor es que esa mirada sigue estando ahí, en esos preciosos ojos azules. La misma mirada feliz de siempre.
Aún bromeo con él porque le digo que no sabe poner cara de enfadado jajajaja...
A menudo echo de menos a ese bebé. Pero estoy tan feliz con mi chicarrón, que ya me pasa (un poco jajaja)
Gracias hijo. Por ser como eres. Por habérnoslo puesto tan fácil. Por dejarme achucharte aún de vez en cuando :-)
Bueno, y mejor no sigo, que las lágrimas me van a estropear el teclado. El resto lo dejo para cuando te tenga cara a cara y pueda llorar a gusto.
Y recuerda: No cambies nunca.