Nuestro tercer día en Nueva York lo comenzamos dando un paseo por la Quinta Avenida.
Como sabéis, la Quinta Avenida es una de las calles principales de esta ciudad. Y es famosa porque en ella se concentran la mayoría de las tiendas de lujo de la ciudad.
Nosotros no teníamos ninguna intención de hacer compras, y menos en las tiendas de esta calle jajaja... Pero no se puede estar en Nueva York y no darse un paseo por aquí. Yo me conformo con ver las tiendas desde fuera, espectaculares. Como por ejemplo la joyería Cartier de la foto de arriba: todo el edificio convertido en un escaparate gigante.
Aunque creo que sí hay una tienda en la que podríamos haber entrado, y es que una de las tiendas de Zara en la ciudad se encuentra en esta calle.
También la catedral de San Patricio está muy cerca de esta calle, justo frente al Rockefeller Center. Cuando estuvimos allí la Catedral estaba en obras, así que fue imposible hacer una foto medio decente.
No recuerdo bien dónde, pero cerca de la Quinta Avenida, nos encontramos con este curioso restaurante. La verdad es que no me acuerdo del nombre, pero me llamó mucho la atención la decoración.
Callejeando, callejeando, llegamos hasta Times Square. Allí sí que entramos en una tienda que les llamó la atención a las cabras pequeñas: una tienda gigante de m&m's. Yo la verdad es que no daba crédito. ¿Cómo es posible que para vender una cosa tan pequeñita como los m&m's monten semejante tienda? Pues sí, y hay varias por todo el mundo. La de Londres también es gigante.
Una cosa que me llamó la atención es que las luces navideñas están encendidas de noche y de día, cosa que me encantó! Con lo fanática que soy yo de las luces me parece genial que las tengan encendidas también de día.
Como veis, hay puestos ambulantes de comida y bebida por todas partes. Creo que sobre todo de perritos calientes y pretzels.
Desde allí nos dirigimos a nuestro próximo destino: el Central Park. Pero eso os lo contaré el próximo día :-)