Hace unos años fuimos de viaje a Salamanca y Madrid, y aún no lo había compartido en el blog, así que ¡empezamos!
El hotel en el que nos alojamos en Salamanca fue el Hotel San Polo. Muy bonito y bien situado. No tiene parking (está construido sobre antiguas ruinas que se pueden ver desde la recepción del hotel, así que lo de hacer un parking, imposible jeje). Pero encontramos sitio para aparcar cerca sin problema.
Nos había salido muy bien de precio sin el desayuno incluido.
Cuando llegamos era ya de noche, así que dejamos las cosas en la habitación y salimos a picar algo.
A la mañana siguiente nos encontramos con un cielo azul precioso y salimos a recorrer la ciudad.
Muy cerca del hotel está la iglesia y convento de San Esteban. Me llamó mucho la atención de esta iglesia porque parece que tiene un retablo tallado en la fachada principal.
Junto a la iglesia se encuentra el convento. El conjunto arquitectónico comenzó a construirse en 1524 y se terminó el 1610.
Además de que, tanto la iglesia, con el convento son preciosos, se encuentran en la bonita plaza del Concilio de Trento.
Desde allí fuimos dando un paseo a la cercana Rúa Mayor, una céntrica y animada calle peatonal de Salamanca, aunque la verdad es que a esas horas de la mañana no estaba aún muy animada jajaja... Tuvimos que dar unas cuantas vueltas y esperar un buen rato hasta que encontramos un sitio para desayunar.
En la Rúa Mayor me llamó la atención esta chica que llevaba el color del pelo a juego con el escaparate de la pastelería.
Por supuesto no podíamos dejar de visitar la imponente Plaza Mayor, donde se encuentra el ayuntamiento de la ciudad.
A continuación nos dirigimos a la Catedral Nueva, que en realidad no es nueva, ya que su construcción se llevó a cabo entre los siglos XVI y XVIII. Pero es que en Salamanca hay otra catedral bastante más antigua, construida entre los siglos XII y XIV.
La puerta de la catedral tiene algunas curiosidad, pero quizás la más conocida sea el famoso astronauta. ¿Y qué hace un astronauta en una catedral construida hace tres siglos? Pues fue obra de uno de los encargados de su restauración en el año 1992.
Por lo visto hay una tradición según la cual debe incluirse algo propio de la época en la que se realiza la restauración.
La verdad es que toda la catedral es espectacular y el entorno tan cuidado ayuda mucho. Y el solete de invierno que nos ayudaba a calentarnos, también jajajaja