Ruta dos Muiños de Zamáns y Muiño de Maquías

Hace ya mucho tiempo que no pongo ningún post de este tipo en el blog, así que ya va siendo hora de ir a alguno de los muchos paraísos cercanos que tenemos aquí. Y hoy toca la ruta de los guiños de Zamáns.

Nosotros dejamos el coche junto al cementerio de Zamáns, podéis ver la ubicación en el google maps en este enlace

Desde ahí se sigue la carretera hacia el río y ya os encontraréis con el cartel de la foto superior que indica el comienzo de la ruta.

La ruta consta de 5 molinos reconstruidos y un paseo bien habilitado y muy fácil de hacer.

Después de la zona de los molinos se cruza el río Vilaza por este pequeño puente de madera y nos adentramos en una zona boscosa, llena de árboles y troncos maravillosos.

El día que hicimos esta ruta era un día soleado de invierno y había una luz preciosa, a pesar de que era mediodía.

Después de un tramo en el bosque, el camino nos lleva al borde del embalse de Zamáns. Allí, sentados como pudimos en rocas y troncos, comimos unos bocadillos que habíamos llevado. De verdad que comer bajo los árboles y con estas vistas a mí me parece un lujo.

Como veis, la ruta está marcada en árboles y rocas. Yo recomiendo seguir el camino que bordea el embalse en dirección a la presa

Después de la presa, bajando por un caminito, nos encontramos con el molino de Maquías, que vale mucho la pena visitar. No solo por la construcción en sí, sino por el entorno, que a mí me pareció maravilloso.

Como se puede ver en estas fotos, por ahí sigue otro camino, pero ya teníamos que dar vuelta. Pero de verdad que me quedé con las ganas.

En el camino de vuelta nos metimos por donde no debimos. Pensamos que íbamos a atajar, pero dimos una vuelta gigante. Así que creo que lo mejor es, desde el Muiño de Maquías deshacer el camino andando por completo, o hasta encontrar el tramo de la ruta de los Muiños de Zamáns que nos lleva de vuelta, ya que esta ruta sí es circular.

El lugar por el que discurre esta ruta está cerca de la sierra de Galiñeiro. Aunque desde la zona de los molinos y el pantano no alcancemos a verla, pero la vista desde el descampado donde dejamos el coche era esta:

La Primera Comunión de Lucía

Hoy os traigo las fotos de uno de los reportajes de Primera Comunión de 2019. Antes de nada quiero agradecer a los papis de esta muñeca que me hayan permitido compartir las fotos con vosotros.

Yo comprendo perfectamente que los padres no queráis que las fotos de vuestros peques estén en internet, pero para los fotógrafos es importantísimo poder compartir nuestro trabajo.

Las dos primeras fotos son de la sesión de Precomunión, que la hicimos en Santiago de Compostela, que tiene varios parques muy bonitos.

Para la sesión de Postcomunión nos fuimos a un lugar aún más lejano: el Castro de Baroña. Ya veis que, aunque mi lugar habitual de trabajo es la zona de la ría de Pontevedra y el Salnés, me acerco a donde haga falta jajajaja

Sobre todo si es un sitio tan maravilloso como Baroña. Además en esa época los días son largos, la temperatura es buenísima (de hecho ese día hacía mucho calor), pero no había nadie en la zona: ¡teníamos todo el castro para nosotros solos!

Lo que me costó seguirle el ritmo a Lucía mientras trepaba por los caminos y las rocas, cargada con mi mochila… ¡solo lo sé yo! Pero creo que mereció la pena, me encantan estas fotos y me encanta Lucía, corriendo y saltando de roca en roca, sin prestarle demasiada atención a su vestido ni a la fotógrafa, ¡tal como debe ser!

Su tercera Navidad

¡Y por fin legó el día que este bombón vino, un año más a mi estudio!

Me encanta verlos crecer año a año, este pequerrecho es el tercer año que viene. Y espero verlo muchos años más jejeje

Dice su madre que es un culo inquieto y la pobre hasta tenía miedo de que arrasara mi pequeño estudio jajajajaja… pero ¡para nada! Se portó de maravilla y se lo pasó genial, me parece.

Si es que hace honor a su nombre: ¡es un anxiño!

Suelo hacer primero la fotos en el decorado de estrellas, porque los peques están un poco más “cortados”, y como es el decorado más delicado, pues suelen estar más quietecitos.

Después ya se van al sofá más relajados y tranquilos. Les llaman mucho la atención las bombillas ¡y también las velas! Todos quieren tocarlas. No hay peligro, eh, como os imaginaréis, son de pila.

Siempre tengo a mano una bolsa de gusanitos. Siempre les pregunto antes a los padres si puedo dárselos, claro. Pero la verdad es que hasta ahora ningún padre ni madre, ni ningún niño me ha dicho que no. Y son un “arma” perfecta para mantenerlos sentados jajajaja

Muchísimas gracias a los padres de este pequerrechiño tan guapo y tan riquiño por venir a visitarme un año más y por permitirme compartir estas fotos.

Fotografía infantil. Sesión Raiola

¿Os acordáis de un sorteo que hice hace unos meses para una sesión Raiola? Pues la madre de estos peques fue la ganadora. Hace ya bastante que les di las fotos, pero con lo de la campaña de Navidad, ¡la verdad es que no había tenido tiempo para enseñároslas!

Tuvimos suerte de hacer la sesión cuando aún no habían llegado las lluvias, pero ya empezaba el otoño, con su luz suave y las hojas comenzando a ponerse tostadas.

Vinieron los dos muy bien vestidos para este tipo de sesión, a juego y con ropa sencilla y atemporal. Así que para estas fotos tan solo añadí estos sombreros de paja que se pusieron para algunas fotos.

¡Qué diferentes son esta hermana y este hermano! Solo se parecen en esos rizos preciosos, y en que los dos son guapísimos. No es la primera sesión que les hago y qué queréis… a mí me tienen enamorada.

No podían faltar los farolillos, que les encantan a todos los peques. Creo que todos me han preguntado al terminar la sesión, si se los podían llevar para casa jajajaja…

¡Y lo bien que se lo pasaron jugando entre estos helechos altísimos! Se escondían y tenía que estar pendiente… a la caza, y en cuanto asomaban la cabeza… ¡foto!

Después de correr por el bosque y jugar entre helechos, nos fuimos a lavar la ropa al lavadero que tengo muy cerquita de mi casa. No os podéis hacer una idea de lo mucho que se afanaban lavando la ropa. Pasaron allí un rato genial, pero ya refrescaba y tuvimos que acortar el lavado, porque se estaban empapando jajaja

Y después de lavar la ropa… ¡a colgarla! Que había que aprovechar que aún se colaba una raiola entre los árboles.

Creo que a Monse y a Tino, los padres de las criaturas, les gustaron mucho las fotos. Espero que a los peques también les hayan gustado, y que el día de mañana sean un pequeño tesoro para ellos.

¡Ya están aquí las minisesiones de Navidad!

¡Por fin! Creo que siempre soy la última fotógrafa del mundo en terminar mis decorados de Navidad jajajaja… pero es que no monto un escenario, ¡monto dos escenarios! Así podéis tener variedad en las fotos navideñas de vuestros peques.

Antes de nada, quiero agradecer a mis sobrinos, que como cada año se prestan a ser mis modelos y la verdad es que son todos unos profesionales. Se lo pasan genial y se portan de maravilla. ¡Encima no pueden ser más guapos!

En esta ocasión el primer escenario es un cálido saloncito con un sillón con un tamaño perfecto para los niños, con un toque entre rústico y “vintage” que tanto me gusta.

La madera, la alfombra de pelo y la guirnalda de bombillas antiguas le dan mucha calidez y personalidad a este rincón.

El segundo escenario es completamente diferente. ¡Aquí nos transportamos a un lugar de fantasía!

¡Subimos por una escalera más arriba de las nubes hasta alcanzar las estrellas!

Como veis los peques van vestidos de distinta forma según el escenario. Para el salón navideño están perfectos con unos pijamas en tonos grises o rojos. O también con unos vaqueros y una camisa o blusa de cuadros.

Para el escenario de nubes, las fotos quedan mucho mejor con un vestuario en tonos claros y neutros. Pero no os preocupéis, que yo tengo variedad de tallas para esto. La ropa que llevan en estas fotos mis sobrinos es de la que tengo aquí a vuestra disposición.

Tenéis toda la información de los packs y los precios en este enlace.