Después de nuestra breve (muy breve) visita a las Highlands, pusimos rumbo a Glasgow.
Nuestra intención era ir a Glasgow por otras carreteras diferentes para poder ver otros lugares, pero nos recomendaron que volviéramos por donde habíamos venido, ya que había peligro de que volviera a haber grandes nevadas, y las carreteras y el clima por lo visto eran mejores por aquí.
Así que bueno… decidimos parar en el pequeño pueblo de Pitlochry, en el que no habíamos podido parar cuando vinimos de Edimburgo a las Highlands.
Pitlochry es un pueblo de unos 3000 habitantes, pero suele tener bastantes vivitantes, ya que mucha gente para aquí de camino a las Tierras Altas, bien para dormir o para hacer una pequeña parada como hicimos nosotros.
Se veía nieve en todas las montañas de alrededor, pero en el pueblo apenas quedaba ya, aunque sí hacía bastante frío.
Encontramos un pequeño jardín donde los chicos pudieron juntar un poco de nieve y hacer una guerra de bolas, que como nosotros nos pasamos los inviernos sin ver la nieve estas cosas molan mucho jajaja
Los alrededores de Pitlochry tienen mucho que ver, pero nosotros apenas dimos un pequeño paseo por el centro del pueblo, ya que todavía nos quedaba un trecho hasta Glasgow y podía volver a nevar en cualquier momento.
“La lluvia de hoy es el whisky de mañana”
Creo que es un buen consuelo para los escoceses jajajaja
Las carreteras escocesas son bastante estrechas y no tienen arcenes donde poder parar con seguridad para hacer unas fotos o dar un pequeño paseo cuando uno ve un paisaje espectacular. Claro que visto así, tendría que haber arcenes anchos a lo largo de todas las carreteras y claro, no es plan.
El caso es que, a falta de arcenes donde parar, pues hice algunas fotos desde el coche como buenamente pude. Ya sé que no son ninguna maravilla, pero es que viendo estos paisajes maravillosos, no me podía resistir.