El London Eye (Ojo de Londres) es una enorme noria de 135 metros de altura que se inauguró en el año 2000 para celebrar el nuevo milenio.
Desde su inauguración se ha convertido en uno de los iconos de Londres. Está situada junto al Támesis y las vistas desde ahí arriba son espectaculares.
Ya he comentado que nosotros empezamos a disfrutar desde que decidimos el destino de nuestro viaje. Nos encanta organizar, ver qué vamos a visitar cada día, ver vuelos, hoteles, etc.
La verdad es que solemos llevar todo bastante organizado con una ruta básica de lo que vamos a hacer cada día, porque los viajes nunca son tan largos como nos gustaría, así que tenemos que priorizar lo que queremos visitar y organizarlo en días. Y calcular gastos también.
Si podemos, ya compramos las entradas a los museos o lo que sea ya compradas desde aquí, así normalmente evitamos colas, y podemos ver si hay alguna oferta que nos pueda interesar.
Y claro, en toda esta planificación diaria hay que añadir otra variable: las fotos. Ya sé que en un viaje es imposible hacer las fotos que quieres a la mejor hora del día. Lo más normal es que tengas que apañarte con la luz que hay y la hora del día que toque.
Pero tuvimos que escoger la hora a la que queríamos subir al London Eye y ahí no me lo pensé dos veces: tenía que ser al atardecer.
Así que ya nos veis, calculando con semanas de antelación a qué hora se iba a poner el sol en Londres el día que teníamos reservado para la noria jajaja...
Llegamos con bastante tiempo, como solemos hacer siempre. "Solo" tuvimos que hacer una cola: la de entrada en la noria, nos ahorramos la de comprar los tickets, así que algo es algo.
El cielo estaba increíblemente despejado, ¡qué suerte habíamos tenido!
En la cola nos entretuvimos como pudimos, y, aunque se hizo larga, aún hubo ratos de risas jejeje
Y yo la mar de entretenida haciendo fotos desde la cola. Que el London Eye es bonito lo mires por donde lo mires. Las cabinas son una maravilla, caben hasta 25 personas y son completamente acristaladas para poder disfrutar de las vistas desde cualquier sitio.
Cuando por fin entramos en nuestra cabina, ya comenzaba a atardecer. ¡Creo que escogimos la hora perfecta!
¡El Big Ben es taaaaaan fotogénico!
Desde hace un tiempo, el London Eye está patrocinado por Cocacola, así que las luces son rojas y no sé si siempre y en todas las cabinas, pero en la nuestra teníamos cajas con montones de accesorios para hacer fotos y también un animador. Pero yo estaba tan fascinada con las vistas y tan entretanida con las fotos, que la verdad es que no le hice ni caso jajaja
La cúpula que se ve en la foto de abajo es la Catedral de St. Paul, que en esta ocasión no tuvimos tiempo de visitar. Queda pendiente para la próxima ;-)
Y otra vez el Big Ben y las casas del parlamento, con el sol poniéndose por detrás. Espectacular.
La vuelta en la noria dura una media hora. Cuando bajamos, los tonos amarillos y naranjas ya se habían tornado en rosas y lilas y todo había ya mucha menos luz.
Había muchísima gente por el paseo pegado al río, así que lo de sacar el trípode para hacer fotos con calma, era imposible. Pero bueno, me apañé como pude jajaja
Dejo para el final la que creo que es mi foto favorita del viaje. En el paseo al lado de la noria, había guirnaldas de bombillas que iban de farola a farola, preciosas! Y me sirvieron para enmarcar esta vista del Big Ben con este maravilloso atardecer rosado :-)