Después de haber descansado y disfrutado en el Jardín de las Tullerías, pusimos rumbo a la Place Vendome, que es la de la panorámica de la foto de arriba. La panorámica está hecha con el móvil, así que disculpad la calidad.
En el centro de la plaza se encuentra la columna Vendôme, que es una réplica de la columna Trajana que se encuentra en Roma. Fue colocada para sustituir a una estatua del rey Luis XIV, que fue destruida durante la revolución francesa. La columna está coronada por una estatua de Napoleón.
Esta plaza es una de las más famosas de París, sobre todo debido a las tiendas y hoteles de lujo que se encuentran en la plaza y en sus alrededores.
Vale la pena pasear por la plaza y las calles cercanas, y ver los escaparates de las tiendas y las joyerías que allí se encuentran. Y los edificios imponentes que rodean las plazas, la mayoría de los cuales están declarados como monumento histórico.
Nosotros solo entramos en una tienda: la famosa pastelería Ladureé, que tiene aquí uno de sus locales. Y es que sus macarons son deliciosos. Una cajita de macarons variados es un lujo que sí nos pudimos permitir.
Desde allí pasamos por la Ópera (aunque no tengo ninguna foto decente) y a continuación fuimos a las Galerías Lafayette.
Ninguno de nosotros había estado nunca, así que ya iban siendo horas de conocerlas, no? La verdad es que es impresionante toda la construcción, pero especialmente su cúpula de cristal. Nos quedó pendiente visitar la terraza, desde la que hay unas vistas fabulosas.
Nuestro siguiente destino eran los Campos Elíseos, quizás la vía más famosa de París.
La Avenida de los Campos Elíseos se extiende desde la plaza de la Concordia hasta el Arco del Triunfo, y tiene una longitud de casi 2 Km.
Es una avenida muy concurrida, pero sus aceras son anchas (tal como podéis ver en la foto de abajo, donde mi hijo pequeño y mis sobrinos aparecen haciendo el cabra) y tiene montones de jardines donde tomarse un descanso
Hay montones de tiendas a ambos lados, desde las firmas más lujosas hasta tiendas de deportes y música. Es un auténtico paraíso para los amantes de las compras.
Y también para los saltadores de bolardos, como podéis observar jajajajaja
Aquí hay también el local principal de la famosa pastelería Laduree, que es tan bonito por fuera como por dentro.
Justo ese día se ponía a la venta la camiseta de Neymar, que acababa de fichar por el Paris Saint Germain, y había una cola gigante para comprarla.
Después de cenar en el Five Guys (por si no lo sabéis es una cadena de hamburguesas norteamericana que a mis hijos les encanta, pero yo creo que no vale mucho la pena para la que cuesta) nos acercamos a ver el Arco del Triunfo.
El Arco del Triunfo de París fue construido entre 1806 y 1836 por orden de Napoleón, para conmemorar la victoria en la batalla de Austerlitz contra las fuerzas austro-rusas.
Está situado sobre la plaza de l'Etoile (de la Estrella), que es una rotonda gigante que reparte el tráfico de 12 avenidas.
Se puede subir al arco y disfrutar de las vistas de París desde lo alto. Nunca he subido, pero debe ser una pasada ver los Campos Elíseos, la Plaza de la Concordia, los jardines de las Tullerías y al fondo el majestuoso Museo del Louvre.
Allí mismo cogimos el metro para irnos a descansar al apartamento, porque ¡estábamos muertos!