¡Cómo me gusta ver crecer a los peques que pasan por mi estudio!
Ya hacía casi un año que este peque no se pasaba por mi estudio, aunque había coincidido con él en algún “sarao” y siempre aprovecho para hacerle algunas fotos, es que es tan afotable y tan achuchable…
Se nota un poquito que se me cae la baba con él, ¿no? jejejeje
Como no podía ser de otra forma, se lo pasó en grande con la harina, aunque otra cosa que también le encantó fue la vela que tenía en la cocina. ¡Menos mal que era de pilas!
Como veis, no sale en todas las fotos con el gorro, y es que ¡no había forma de que lo tuviera puesto más de un segundo! Su madre se lo puso 50 veces y no le duraba nada puesto. Menos mal que pudimos sincronizarnos a la perfección unas cuantas veces: ella ponía gorro, efectuaba alguna maniobra de distracción y ¡zas! yo disparaba en el instante preciso jajaja…
¿Y qué os parece esta nueva manera de utilizar el rodillo? ¡Sin duda es totalmente revolucionaria! jajajaja
No os perdáis el siguiente post con las fotos del otro escenario :-)