Esta preciosa zona de cascadas, pozas y molinos se encuentra en el ayuntamiento de Valga.
La verdad es que no está muy bien indicada y dimos más de una vuelta y tuvimos que preguntar para poder encontrarla, pero mereció la pena.
Dejamos el coche aparcado en la cuneta de una carrtera y bajamos caminando por un camino asfaltado y buen tramo. Llega un momento que hay que tomar un camino estrecho de tierra entre árboles y arbustos. Todo es verde. Y se escucha ya el río al fondo. Por el camino apenas puedes ver más que árboles y ramas, hasta que de repente aparece el río y, junto a él, una pasarela de madera.
El conjunto forma un paisaje precioso. Parece que está uno en un cuento.
Siguiendo por la pasarela llegamos a una cascada que termina en una poza bastante grande y con el agua muy cristalina y congelada. Las cabras tuvieron valor para darse unos cuantos chapuzones, pero el padre de las criaturas y una servidora preferimos quedarnos a mirar. Ya hacer fotos, claro jajaja
El paisaje, espectacular. Y el juego de luces y sombras que hacía el sol al colarse entre las copas de los árboles, lo hacía aún más especial.
Muy cerquita de la poza hay un molino, y siguiendo por otra ruta, creo que se pueden encontrar más (son los famosos molinos de Parafita o Pedrafita), pero nosotros no teníamos tiempo, así que nos fuimos por donde vinimos. Pero creo que volveremos porque el sitio es espectacular.