¡Qué verde era mi valle! es el título de una preciosa película antigua. Y fue lo primero que me vino a la cabeza cuando vi en el ordenador estas fotos de un paseo cualquiera que dimos con los perros y la cabra pequeña por los alrededores de nuestra casa.
Porque la verdad, más verde es imposible, ¿no? Algo bueno tiene que tener aguantar lluvia y más lluvia día tras día, claro. Pero bueno, creo que al final compensa. O al menos a los gallegos nos compensa jajaja
Que en un simple paseo de un ratito al lado de casa salgan unas fotos tan chulas como estas sin la más mínima colaboración ni de la cabra ni de los perros... Es para estar contenta. Y el mérito es del paisaje, claramente. Bueno, y de los modelos. Que, si bien es cierto que no paran quietos, no es menos cierto que son muy guapiños todos :-)
Solo faltaba un poquito del sol del atardecer para que salieran mejor...
Pero la tarde estaba nublada. Para variar...
Solo al final, cuando ya estábamos a punto de regresar a casa, asomaron unos rayitos... Y todo se volvió maravillosamente dorado.