Pues el otro día vi por internet una taza decorada con esta técnica y dije "¡esto lo tengo que hacer YA!". Y así fue, me puse manos a la obra enseguida para mostraros el resultado.
¿Lo mejor? Que, como siempre, los materiales son baratos y fáciles de encontrar.
Solo necesitáis:
- Una taza blanca.
- Un recipiente con agua. Eso sí, tened en cuenta que lo más probable es que después tengáis que tirarlo. Yo utilicé un recipiente de plástico que tenía por casa y que ya no tenía tapa. Pero también podéis utilizar un molde de aluminio de ésos desechables. Y otra cosa, el recipiente ha de ser lo suficientemente profundo como para poder sumergir buena parte de la taza.
- Un palito de brocheta, un palillo o algo parecido.
- Esmalte de uñas. Podéis mezclar dos o tres colores de la misma gama.
Yo usé una taza tipo mug que tenía por casa. Por dentro es azul, así que utilicé para deocararla esmalte de uñas color azul.
Lo primero que hay que hay que hacer el echar unas gotas del esmalte de uñas al agua.
Con ayuda del palito, podéis repatir un poco el esmalte por el agua. Es mejor que no queden gotas cordas de esmalte, sino que quede más o menos disuelto y de manera no homogénea, es decir, que haga "dibujos" en el agua.
A continuación, introducimos la taza en el agua para que se "manche" de esmalte. Hay que hacerlo bastante rápido para que el esmalte no se vaya al fondo ni de siluya del todo en el agua.
Podemos introducir la taza recta, para pintar el fondo de la misma. O bien inclinada (que fue lo que hice yo), para que el dibujo quede más irregular.
Una vez "manchada" la taza a nuestro gusto, la sacamos del agua y la dejamos secar. ¡Listo!
Fácil, ¿no? Y lo mejor de todo es que si no os gusta el resultado, se limpia fácilmente con la típica acetona de se usa para quitar el esmalte de las uñas.
A mi me pasó la primera vez. Me quedaron unos manchurrones de pintura muy espesos, así que limpié la taza con acetona y quedó como nueva. Y vuelta a empezar.
Esta vez me ayudó G. y quiso probar a añadir unas gotas de otro esmalte que tenía en casa. Él dice que es azul. Yo digo que es verde. ¿De qué color lo véis vosotros? :-D
Y así quedó definitivamente nuestra taza. A mi me gusta. Y además es única ;-)