Este año quería poner unos abetos pequeñitos de adorno de Navidad, pero no los conseguí, así que me puse manos a la obra para hacerlos. Son muy fáciles y quedan bastante "apañados", así que os lo cuento por si os sirve para esta Navidad o para la siguiente.
Los materiales, como siempre, fáciles de encontrar y baratos: Una maceta, cubito o cualquier cosa que tengáis a mano, un cono de corcho blanco, un palito, ramas de abeto, alfileres, pintura verde y espuma de floristería.
Lo primero que hice fue pintarlos. Puede que en alguna zona las ramas no cubran perfectamente el cono, así que siempre queda más disimulado que se vea verde por debajo que blanco.
Una vez que se seca la pintura, hay que ir colocando las ramitas de abeto y sujetándolas con los alfileres, colocándolas siempre con la parte más ancha de la rama hacia la parte de abajo del cono. Hay que empezar por la parte de abajo e ir superponiendo capas por arriba de forma que vayamos tapando los alfileres y los comienzos de los troncos.
Una vez que tengamos todo cubierto, nos quedarán en la parte de arriba unos troncos un poco feos. Yo lo que hice fue coger unas puntitas de unas ramas que no tuvieran tronco y colocarlas hacia arriba, haciendo un pequeño penacho. Para sujetarlas usé cordón y le puse un cascabel pequeñito para adornar.
Por último solo queda pinchar el palo en el cono de corcho blanco y colocar la espuma de floristería en la maceta.
Para tapar la espuma de floristería, yo utilicé un poco de todo: falso musgo, unas ramitas pequeñas de abeto, piedrecitas y corteza de árbol.
Fácil y xeitoso, ¿verdad?