Una Navidad en Nueva York. Empire State

Sin duda una visita que no puede faltar cuando uno tiene la suerte de viajar a Nueva York. Las fotos son una patata, pero no podía dejar de enseñarlas aquí. Por supuesto no tenía trípode, había demasiada gente en la terraza como para poder apoyarme en algún sitio auque solo fuera un poquito para que no se moviera la cámara. Pero aún así... me encantan, porque claro, las miro con cariño jajaja

En la foto de abajo está la entrada del edificio. Si ya verlo desde fuera es emocionante, cuando entras... Uf!!

El Empire State Building fue el edificio más alto de Nueva York desde que se construyó, en el 1931, hasta que se contruyó la torre norte de las tristemente famosas torres gemelas. Cuando las torres gemelas fueron destruidas en 2001, el Empire State recupero el primer puesto, hasta el 2012, año en el que fue edificado el One World Trade Center en el lugar que ocupaban las torres.

La verdad es que fuimos un poco a la aventura. No teníamos entradas compradas ni nada, así que tampoco teníamos muchas esperanzas de poder subir, pero había que intentarlo. Y para nuestra sorpresa no había muchas colas ni para comprar las entradas ni para subir en los ascensores.

És sí, nos entretuvimos un ratito en las tiendas de souvenirs que hay. Comprar no compré nada, pero fotitos hice unas cuantas.

Por fin llegamos al piso 86, que es donde está el primer mirador, que es el más grande y además es al aire libre. Y una vez más me quedo sin palabras... Ver esa ciudad a tus pies. Que no es una ciudad cualquiera, no, es Nueva York, La Ciudad, así con mayúsculas. Una ciudad que no conocía de nada, pero al mismo tiempo me resultaba tan familiar. Porque cuántas veces no hemos visto estas estampas en fotos, en películas, en series... Pero llegas allí y... wow!!!

Como veis las fotos son malas, muy malas. ¡Pero qué recuerdos! Arriba el Chrysler, tan bonito de noche como de día.

En la foto de abajo , esa mancha negra que se ve al fondo y que parece un lago, no es un lago. Es el Central Park. ¡Enorme!

Y por último una fotito del escaparate de Macy's que vimos al bajar del Empire State.

Macy's son unos grandes almacenes estadounidenses. Bueno, grandes no, grandísimos jajaja. Ésta es precisamente su tienda principal y fue durante años la tienda mas grande el mundo. Actualmente se encuentra empatada con los almacenes Harrod's de Londres en el segundo puesto por detrás de las francesas Galerías Lafayette.

La verdad es que no entramos (en realidad entramos en poquísimas tiendas los días que estuvimos allí, había tanto que ver que no podíamos perder tiempo con las compras!), pero solo ver los escaparates navideños fue alucinante!

DIY. Una tarjeta de Navidad

El otro día hice esta tarjeta y la verdad es que es tan facilita, barata y apañada, que pensé... "esto tengo que subirlo al blog" jajaja... Pues aquí está. Las fotos están hechas con el móvil a prisa y corriendo.

Lo primero que necesitamos es un trozo de cartón de esos corrugados, del tamaño que queramos hacer la tarjeta, teniendo en cuenta que hay que doblarlo.

A continuación lo "pelamos" por uno de los lados. Da igual si quedan pequeños trocitos, como se en las fotos. Le dan a la tarjeta un aire mucho más rústico jejeje

Además del cartón que va a servir de base para la tarjeta, necesitamos otro trozo de cartón sin pelar. Yo tenía otro diferente, bastante gordito que venia en algún embalaje, y como siempre guardo todo, que parece que tengo el síndrome de Diógenes, pues lo tenía por ahí por casa.

Este segundo trozo de cartón es para hacer la casa. Para cortarla yo usé un cúter, porque hacer la ventanita con una tijera es imposible.

¡Ahora a pintar! Yo utilicé una pintura chale paint que compré hace poco. La típica primera entrega de una colección que salía genial de precio jejeje

No quería que la tarjeta quedara perfectamente pintada, quería que se viera el cartón debajo de la pintura para darle un aspecto rústico, desgastado. El truco es mojar muy poquito el pincel en la pintura (los que saben lo llaman "pincel seco").

Hay que pintar la base de la tarjeta y la casita. La casita la dejé un poco más blanca para que destacara sobre el cartón.

Antes de pegar la casita al cartón hay que ponerle la "cortina", que es un trocito de una blonda de papel de esas que vienen en las bandejas de los pasteles, por ejemplo. Se hacen unas dobleces para que parezca más un a cortina y se pega con un poco de pegamento por la parte de dentro

Ahora hay que pegar la casita sobre el cartón, yo usé una pistola de silicona.

Y luego solo queda decorar.

Para el tejado unos trocitos de un tronco que tenía en casa, también pegados con silicona. En el vértice del tejado le puse dos cascabeles pequeñitos con un lacito.

Yo tenía en casa unas bolitas rojas, hojitas y piñas de una rama que había comprado en MiCasa. el Pero si tenéis elementos naturales seguro que también queda genial.

El cartelito de Feliz Navidad lo hice en la impresora, con una letra que os guste. Y le di la forma así ondulada con la tijera, como cuando se rizan los lazos, ¿sabéis cómo os digo?

Dentro le puse una cartulina blanca para poder escribir y lo sujeté a la tarjeta haciendo unos agujeritos y poniendo un cordoncillo de baker's twine.

Para rematar, un copito de nieve de cartulina que también venía con algo que ya no me acuerdo (el que guarda siempre tiene, dice mi madre jajaja)

Una Navidad en Nueva York. Bryant Park y Central Station

Una de las cosas que hay que hacer si vas a Nueva York en Navidad es patinar sobre hielo. Da igual si nunca lo has hecho antes. Da igual que parezcas un pato borracho sobre los patines. Solo hay una oportunidad en la vida de hacerlo, así que hay que hacerlo.

Antes de ir estuve mirando por internet qué pistas de hielo había, cómo estaban de concurridas, etc. La más famosa es quizás la del Rockefeller Center, pero suele haber mucha gente siempre. También hay otra en Central Park, que seguro que es preciosa. Pero en un blog vi la de Bryant Park, y decía que no solía haber tanta gente y que era preciosa. 

Así que allá nos fuimos. Era una mañana soleada pero fría. Había una luz preciosa, con ese sol neoyorkino asomando entre los edificios.

Bryant Park es un parque encantador situado entre edificios altos, un pequeño oasis rodeado de edificios de oficinas. Dicho así quizás no suena muy bien, pero de verdad que es un parque precioso, tiene muchísimo encanto.

No recuerdo cuánto nos costó, la verdad. Creo que lo único que hay que pagar es el alquiler de los patines. Sé que no me pareció caro, claro que yo me esperaba un clavada mayúscula.

Sí, sí... esa de la foto de abajo soy yo. En fin, está claro que el patinaje sobre hielo no es lo mío. Pero al menos conseguí dar algunas vueltas sin ir agarrada a nada y tampoco me caí.

Como veis la pista es muy grande y, aunque hay gente, hay sitio para moverse libremente. Y hay de todo: gente que no tiene ni idea y también gente que hace auténticas maravillas. Los que me mejor patinaron fueron las cabras, claro. Porque están acostumbrados a dar en patinete y en patines que, aunque no es lo mismo que el hielo, ayuda mucho a la cuestión del equilibrio.

Bryant Park está situado muy cerquita de la famosísima Estación Central (Central Station), así que nos fuimos hasta allí dando un paseo.

El edificio que se ve al fondo es el famoso edificio Chrysler. Actualmente es el quinto edificio más alto de Nueva York y, para mi gusto, el más bonito.

Y ahí está la famosa Grand Central Station.

Esta estación se inauguró en 1931 y es la más grande del mundo en número de andenes. Pero lo más espectacular, sin duda, es su hall. En realidad los andenes son subterráneos, así que ni los vimos.

Ese hall que hemos visto en tantas películas y en tantas fotografías. Tiene una luz preciosa que entra por unas enormes cristaleras

En la bóveda están pintadas las constelaciones. Pero, una curiosidad, está pintado al revés de como lo vemos nosotros. Parece que se han inventado mil excusas, pero parece ser que lo cierto es que fue un error.

Cuando se construyó recibió muchas críticas por su coste y sus exageradas dimensiones. Pero el tiempo le dio la razón a las personas que la idearon: entre viajeros y turistas por aquí pasan más de 82 millones de personas al año. Casi nada.

A los lados de hall principal hay galerías con tiendas, restaurantes, cafeterías. Y en el sótano se encuentra el famoso Grand Central Oyster Bar, un restaurante especializado en ostras que lleva ahí desde que se inauguró la estación, hace más de 100 años.

Una Navidad en Nueva York. Postales típicas alrededor del Rockefeller Center

Nuestra primera mañana en Nueva York nos despertamos temprano y mientras esperábamos a que el resto de la familia se preparara, nosotros cinco salimos a patear un rato por los alrededores.

Nuestro hotel estaba cerca de Times Square, y también el Rockefeller Center estaba muy a mano.

Una imagen tipiquísima de Nueva York son los taxis. Todos amarillos. Y los autobuses escolares. Todos amarillos también.

Otra cosa que no olvidaremos es que, a pesar de no haber ni rastro de nieve y que la mayoría de los días estuvieron soleados, hacía un frío que pelaba. Sobre todo en las orejas y en la nariz.

Los que no llevaron gorros que cubrían las orejas, tuvieron que comprar orejeras en un puestillo callejero, porque hacía un viento frío que parecía que te las cortaba. BRRRRR!!

Restaurantes por todas las esquinas. De todos los tipos que os podáis imaginar. Alucinante.

Otra cosa típica: la comida callejera. Aquí la cabra pequeña con su flamante desayuno: un donuts con chocolate y pepitas que es más grande que él jajaja

Times Square al fondo. Y gente y más gente.

Las profes de la guardería llevando a los peques de paseo en unos carritos curiosísimos. Me pareció un inventazo!

El tren navideño de Rockefeller Center y todos los peques de la familia posando con él. Madre mía, cómo pasa el tiempo! Qué pequeños están en esta foto!!

Más Rockefeller Center y esas luces navideñas gigantes. Me encantan!

Y más comida callejera. En este caso unos pretzels. Una especie de pan de origen alemán que por lo visto los neoyorquinos adoran.

Como veis, es un viernes raro. Sin libro ni canción ni película ni serie. Pero quiero mostraros este viaje durante las Navidades, así que necesito los días jejeje. Ya se sabe que las Navidades trastocan todo!

Sesión fotográfica de Navidad

Hace poco tuve la suerte de poder hacerle una sesión de fotos de Navidad a esta preciosidad de niña, que tiene poco más de un año.

Era la primera vez que le hacía una sesión a una peque tan peque así "en solitario" jeje. Tuve niños pequeños, pero ya de 2 y 3 añitos y otros un poco mayores.

Claro, una peque tan peque no sabía cómo iba a reaccionar. Algunos se asustan y no les gusta nada eso de que una desconocida les haga fotos, por muy cerquita que estén sus padres. Pero la verdad es que María me lo puso facilísimo.

Lejos de estar impresionada con las luces y todo el tinglado, estaba encantada y feliz. Pero al mismo tiempo se portó genial, sonreía y ponía muequitas que eran para comérsela!

Claro que sus papis ayudaban desde la retaguardia haciendo monerías para que sonriera.

Y otra cosa que siempre ayuda es un pequeña sorpresa. En este caso, como era tan peque, pues unos gusanitos escondidos en la cesta de picnic jejeje

Muchísimas gracias, María. Fue una gozada pasar contigo este rato. Gracias por ponérmelo taaan fácil, por ser tan sonriente y tan tranquilita. Un encanto de niña que desde luego tiene a quien salir, porque sus padres son son encanto.

Y también muchas gracias a sus papis, por permitirme compartir estas fotos en mi blog. Un besazo!