A la vuelta de nuestra visita a Madrid, hicimos una parada en Segovia. Los chicos nunca habían estado, y la verdad es que es una ciudad preciosa que vale la pena conocer. Sobre todo por su el maravilloso acueducto, pero no solo eso.
Aunque lo cierto es que solo por ver los arcos del acueducto cruzar la plaza de Azoguejo ya vale la pena visitar Segovia. Y es que esta maravilla data del siglo II d.C.
Otra de las razones es su maravillosa cocina. Y, dentro de esto, creo que el Mesón Casa Cándido es toda una institución. Tuvimos una suerte inmensa porque la verdad es que no teníamos previsto comer allí, pero llamamos e, increíblemente, ¡pudimos conseguir una mesa!
Pero antes de comer nos dimos un buen paseo por la ciudad.
Me pareció preciosa su Plaza Mayor. Y es que no es una Plaza Mayor como la de la mayoría de las ciudades. Digamos que no es tan "perfecta", por lo visto porque fue construida por tramos a lo largo de muchos años. El caso es que precisamente esa falta de "perfección" es lo que la hace diferente y perfecta de otra manera.
Hay montones de restaurantes y tiendas donde venden productos de la zona. Nosotros no pudimos resistirnos a traernos una pequeña muestra para casa jejeje
Me encantaron las paradas que hicimos en este viaje a Madrid (a la ida paramos en Salamanca). Creo que es mejor madrugar e ir con tiempo y aprovechar para conocer algunas ciudades y pueblos que nos quedan lejos y que de otra forma, no conoceríamos.