Bonita y más fácil, imposible. Ya sé que me repito más que el ajo, que siempre digo lo mismo, pero es que es cierto. Esto ya es el colmo de la sencillez jajajaja
El otro día tuvimos celebración en casa y éramos un buen montón (de hecho había otra mesa en paralelo, que no sale en la foto), y entre preparar comida, limpiar y ordenar... Me pilló el toro!! No tenía nada preparado ni siquiera pensado para la decoración. El color de los manteles no lo decidí, es que no tenía otro remedio, porque necesitaba 3, y los únicos que había parecidos eran 3 blancos jajaja.
Con la vajilla color beis, iba a quedar la cosa un poco sosa. ¡Menos mal que tengo esos maravillosos bajoplatos de madera! Así que pensando, pensando cómo darle un poco de color al conjunto, se me ocurrió lo de los helechos.
Mientras nosotros rematábamos la comida, le pedí a los chicos que fueran a recoger helechos. Muchos helechos. Que otra cosa no, pero helechos al lado de casa hay los que queramos y alguno más.
Después llegó mi sobrina preciosa y me ayudó a colocarlos, mientras mi mediano hacía las etiquetas con los nombres en el ordenador.
A lo largo de la mesa puse unas botellitas de cristal con unas hojitas pequeñas de helechos y unas margaritas en una jarra de peltre en el medio de las dos mesas.
Y sobre cada plato una hoja de helecho y una etiqueta con el nombre de cada comensal.
Fácil, ¿no? Os juro que dos horas antes de sentarnos a comer no tenía nada pensado y en un ratín creo que apañé bastante bien, no?